29 de agosto de 2010

La realidad imita al arte: los 33 mineros y El gran carnaval

Leyendo la inteligente nota de Santiago O´Donnell este domingo en Página 12 sobre el circo mediático creado alrededor de los 33 mineros atrapados desde hace casi un mes en una mina de Chile, no pude menos que recordar la gran película de Billy Wilder, Cadenas de roca (Ace in the Hole, 1951) que nadie menciona a propósito de este episodio lamentable. Bueno, O´Donnell y el resto de los periodistas no son cinéfilos, y no han visto en qué medida la naturaleza imita lo que el arte ya ha desarrollado.

Creo que viene a cuento recordar ese film, con tantos puntos de contacto con la realidad: Kirk Douglas es un periodista en caída, ha perdido su lugar en el periodismo de Nueva York, y va a parar a un ignoto pueblo de New Mexico, donde debe cubrir el accidente de un hombre, latino, preso en las cuevas de entierros indígenas en una perdida montaña del desierto. El hombre ve allí las posibilidades de la noticia: crea un circo mediático alrededor de ese individuo, la gente acude en masa a ver el espectáculo, y los políticos ven en ese percance la posibilidad de lucirse para las próximas elecciones. Ante el posible salvataje en pocas horas mediante una perforadora que permitiría acceder al accidentado, todos detienen la vía rápida para prolongar un evento que les redituará buenos beneficios a costa de la vida de la víctima, enredada en una red de corrupción que involucra periodismo, política y comercio.



La película, que comenzó con el título de Cadenas de roca, pasó a llamarse El gran carnaval, poniendo el acento en el mercado mediático que se arma en torno al lugar del accidente. En ella, Wilder traza un duro, oscuro cuadro sobre la vanidad del espectáculo y sobre lo que el sistema considera el éxito, o la fama. El gran director se anticipó así -¡estamos en 1951!- a lo que hoy es moneda corriente. No muy lejano es el caso de los 33 mineros chilenos, presas de un sistema regido por los medios –no olvidemos que el presidente Piñera, como Berlusconi, fue o es dueño de importantes medios de comunicación- cuya primera medida, al acceder a los mineros, fue alcanzarles una cámara de video para filmar su cautiverio. Así, el drama de los mineros perdidos devino una recreación, más original y auténtica, de Gran Hermano. Ya los 33 -¡qué número simbólico!- circulan por todos los hilos de la Internet.



En la película, el sistema lleva los actos hasta sus últimas consecuencias, y el infortunado Leo Minosa muere en la cueva, mientras espera su rescate. Esperemos que la realidad en Chile sea más benigna.

Josefina Sartora

No hay comentarios:

Publicar un comentario