27 de noviembre de 2012

Festival de Mar del Plata, 2a nota


La Competencia Internacional este año –a diferencia de muchos anteriores- tuvo una excelente selección. El premio mayor fue para Beyond the Hills, de Cristi Mungiu, una de las dos películas rumanas en Competencia, que ya había recibido premios en Cannes. En esta oportunidad, un film rumano se aparta del habitual ambiente familiar para instalarse en otro tipo de comunidad: un monasterio en las afueras de un pueblo, donde viven varias monjas y un clérigo ortodoxo. Allí llega una joven que ha regresado de Alemania en busca de su compañera de toda la vida, con quien ha crecido en el orfanato y que profesa como monja allí. Este ser extraño no puede aceptar la vida conventual, ni que su amiga rechace acompañarla a Alemania. Su carácter obcecado y violento choca muy pronto con las normas conventuales, en un enfrentamiento entre la institución y el arquetipo de la rebelde. Que será puesto a prueba por el fanatismo religioso, hasta transgredir los límites. El director de 4 meses, 3 semanas y 2 días ya había demostrado que no busca complacer al público, ni la identificación de éste con sus personajes. Vuelve con otro film gris, cerrado, violento y chocante en el que de una y otra manera, pone en cuestión temas como la fidelidad, la fe, la libertad y las buenas intenciones. Con poderosos planos secuencia que resultan óptimos para filmar la histeria, y no sólo femenina.

El premio al mejor director fue para el turco Reis Çelik, por su film Night of Silence, que también había ganado premios en Berlín y Tokyo. A través de una anécdota simple, plasma un cuadro de las duras normas que rigen la sociedad patriarcal turca. Una joven de 14 años es entregada en casamiento a un hombre de 60 que ha pasado muchos años en la cárcel. Este será tu hogar, le dicen a la muchacha, y si él te grita o te pega, deberás soportarlo, como hacemos todas. La joven está asustadísima y procura por todos los medios dilatar el momento de consumar el matrimonio. Así, pasan la noche entre preguntas y respuestas, relato de historias y otras dilaciones. Paulatinamente, la aspereza inicial va limándose, y el film desarrolla una mirada piadosa hacia ese hombre quien, como su joven consorte, está firmemente amarrado a los principios que supone su entorno: clan, compromiso, traición, destino. Después de las escenas de boda iniciales, casi todo el film transcurre en el ambiente cerrado de la casa-habitación de los esposos, sentados sobre la cama que ha de recibirlos. Ese único escenario ilustra el encierro en que viven esa noche, y las tomas en picado, el aplastamiento que impone la presión social de la cual ambos son víctimas.

Este año –lamentablemente- resultó el más complicado para obtener entradas de prensa para acceder a los cines. Tan difícil ha sido, que por primera vez en mi historia del Festival tuve que comprar más de una entrada todos los días para poder cubrirlo medianamente. Cuando las había, porque las funciones estaban casi siempre llenas con gran éxito de público; destaquemos su precio: sólo $ 10. Lamentablemente, me quedé sin ver algunos títulos buscados, como la última de Alain Resnais, la de Sion Sono, alguna de Bonello, porque se suspendió la función, etc.

 
Con todo, pude ver el excelente film de Sergei Loznitsa, In the Fog. Después de haber visto el foco dedicado a sus documentales en el último Doc Buenos Aires, era imperativo ver su segunda película de ficción, que guarda una coherencia formal con sus admirables documentales. Este film sobre la ocupación alemana en Rusia en los ´40, narra con absoluta austeridad el devenir de dos miembros de la resistencia campesina que deben ejecutar a un compatriota sospechado de colaborar con los nazis. Loznitsa practica un tour de force, filma en el bosque en muy pocos planos secuencia la peripecia de esos tres hombres que verán sus destinos afectados por circunstancias inesperadas. Estructurado en varias partes, intercala ese viaje hacia la niebla con tres flashbacks que explican cómo cada personaje ha llegado a esa situación. La fotografía, de régimen nocturno en su mayor parte, es de un perfeccionismo absoluto –lo habitual en Loznitsa-, y trabaja con los elementos de la naturaleza sin estridencias, sin destacarlos más de lo necesario, pero poniéndolos en un nivel de natural relevancia. La historia y el destino de esos personajes -poco se ha filmado ese aspecto tan dramático de la II guerra, la ocupación de Rusia- contiene un rico nivel de significaciones, acerca de los juegos de traiciones, la justicia (im)posible y el peso de la opinión. Hay incluso ciertos matiz crístico en el hombre que va a ser sacrificado. La mirada de Loznitsa hacia la guerra es desesperada, cerrada y sin solución para nadie. Y su final, curiosamente o no, se asemeja al de Night of Silence.

Si en Loznitsa todo es sugerencia para mostrar la ocupación, en La mer à l´aube, de Volker Schlöndorf todo está explícitamente dicho, sin medias tintas. En este caso, la ocupación nazi en Francia se cobra 150 víctimas que van a ser ejecutadas en represalia por el asesinato de un oficial alemán a manos de la Resistencia. El escritor Ernst Jünger restaba servicios en los altos mandos en Francia en esos momentos, y elaboró un informe de los hechos. Basado en su registro, este film reconstruye el episodio y la época con absoluta verosimilitud, y al detalle, de manera que llega a resultar obvia y demagógica. De todas maneras, dejando de lado sus fallos de realización, es interesante que los alemanes estén revisando la conducta de su país durante la última guerra.


Por último, el premio Fipresci fue para La sirga, opera prima del colombiano William Vega, ubicado en las antípodas del film de Schlöndorf. Ubicada en un bello paraje solitario junto a un lago, una casa alberga a un hombre huraño que a regañadientes recibe a su sobrina, escapada de la destrucción de toda su familia por la violencia del país. Apoyada en una maravillosa, silenciosa fotografía que muestra esos escenarios en medio de la niebla, es muy poca la información que se proporciona, y el fuera de campo cobra una relevante importancia. Sabemos que hay luchas, grupos campesinos enfrentados, tráfico de armas, y en ese contexto la joven Alicia asume su madurez recibiendo la admiración de los hombres que la rodean. También la Competencia Latinoamericana mostró el buen nivel que está desarrollando el cine de esta parte del mundo.
Siempre produce una alegría volver al Festival de Mar del Plata.

Josefina Sartora

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