3 de octubre de 2013

Un país enfermo

Bella addormentata
Dirección: Marco Bellocchio
Guión: Marco Bellocchio, Veronica Raimo, Stefano Rulli
Italia-Francia/2012


Bajo la consigna de tratarse de un film sobre la eutanasia, pleno de interrogantes sobre la vida, la enfermedad y la muerte, Bellocchio nos entrega un lúcido, inquietante film sobre la libertad.

El último film de Marco Bellocchio posee una dimensión coral, con varias historias que se desarrollan simultáneamente a un hecho que conmovió la sociedad italiana: la eutanasia aplicada a una joven que había estado en estado vegetativo durante 17 años. La comunidad católica, el gobierno de Berlusconi, la población toda respondió de distintas maneras, y de eso se trata el film: de las diferencias de criterio, de las contradicciones internas, de la libertad de elección, y de si ésta es posible.

Mientras un senador socialista atraviesa sus conflictos de conciencia, negándose a votar contra la eutanasia, su hija católica participa de los grupos de oración que ruegan por la vida de Eluana. Hasta que su apertura al amor le hará ver la vida desde otra perspectiva. Su enamorado, mientras tanto, debe lidiar con un hermano psicótico que lo mantiene dependiente. Sorprende la aparición de Isabelle Huppert, algo fuera de contexto, como una actriz famosa cuya hija está también en coma, para desesperación de su hermano. En un hospital, mientras todo el personal hace apuestas sobre la supervivencia de Eluana, un médico se empecina en salvar a una drogadicta suicida. Todos y cada uno de ellos deberán tomar decisiones fundamentales, al mismo tiempo que saben que nada es de un solo cariz, ni definitivo.
Bellocchio dirige una vez más su mirada hacia aspectos básicos de la realidad italiana: su compleja red política con su cinismo, las relaciones familiares, las prácticas religiosas. El director parece extender el título de la obra a la Italia toda, esa Bella durmiente.


Bellocchio es uno de los pocos grandes del cine italiano que filma todavía, y en plena facultad de su oficio. El ritmo de la narración y el manejo de la imagen siguen siendo tan vibrantes como lo han sido desde I pugni in tasca hasta Vincere. La fotografía con una iluminación baja, con tinieblas y claroscuros crea un clima de extrema densidad, acorde con la tensión del drama, jugado por un elenco excelente –se destacan Toni Servillo, Maya Sansa y Alba Rohrwacher-, con una fuerte impronta teatral. 

Josefina Sartora

No hay comentarios:

Publicar un comentario