17 de junio de 2014




Schroeter. Una autobiografía
Werner Schroeter con Claudia Lenssen
Buenos Aires, Mar Dulce, julio de 2013




Werner Schroeter era un realizador del Nuevo Cine Alemán poco difundido entre nosotros, hasta que en 2013 la sala Lugones le dedicó una retrospectiva, que vino acompañada de este libro. Artista rebelde e iconoclasta, Schroeter desarrolló una filmografía absolutamente original, que promovía el quiebre de las estructuras sociales y cinematográficas.
Con la colaboración de la periodista Claudia Lenssen, Schroeter escribe su biografía en una carrera contra el tiempo cuando sabe que pronto morirá de cáncer, la enfermedad familiar. Por ello, es este un libro apresurado, incompleto, pero que lo retrata cabalmente, atravesando toda su obra artística. Autodidacta, desarrolló casi toda su carrera cinematográfica al margen de los canales institucionales, con presupuestos mínimos y actores poco conocidos, sus amigos, que volvía a convocar para cada nuevo film.
Contrario al cine narrativo, ajeno a toda condescendencia, el cine de Schroeter exuda plena libertad y refleja su visión del mundo algo arrogante y sus obsesiones: la ópera, la provocación, la homosexualidad como elección de vida y proyecto de vida artístico, la crítica al sistema burgués alemán. Sus películas, polémicas, siempre al borde del escándalo, provocaban reacciones entre quienes las consideraban subversivas, pero ello no le impidió frecuentar todos los festivales y recibir premios importantes, que destacaban su propuesta y valor artístico. Acompañado por sus amigos de siempre, Ingrid Caven, Magdalena Montezuma, Daniel Schmid, Rosa von Prauheim -también su rival-, Schroeter trabajó sus obsesiones: la ópera y la Callas, México y Portugal, Salomé -de la cual realizó cuatro variaciones-, Lautréamont. Porque mientras desarrollaba una extensa obra cinematográfica, viajero incansable, ponía en escena ópera y teatro. Desde los clásicos griegos hasta obras de Yukio Mishima y Jean Genet, siempre en puestas heterodoxas, tanto como presentar un Rey Lear homosexual.
Realizada su obra más revulsiva y bastante genial, entre la cual figuran los films Eika Katappa, La muerte de María Malibran, Willow Springs, Viaje blanco y otras, todas muy autorreferenciales, radicales, Schroeter filma con actores consagrados: Carole Bouquet para Día de los idiotas, donde se interna en el tema de la locura y la psiquiatría, Isabelle Huppert para Malina y Deux, con quienes cultiva una amistad que duró hasta su muerte.
Marie-Louise Alemann (“mi madre adoptiva”, dice él) promueve su viaje a Argentina en 1983, cuando dicta un seminario taller en el Instituto Goethe. El artista evoca la persecución que docentes y alumnos sufrieron por la dictadura agonizante, que condenó las entrevistas que realizaban a políticos y gente de barrios marginales. Schroeter dejó el país cuando sus asistentes y sus familias recibieron amenazas.
Schroeter es muy elocuente en su autobiografía. Repasa toda su obra con reflexiones sobre la relación arte y política, sobre el lugar del artista, sobre la belleza, la enfermedad y la muerte, temas que desarrollaría en su último film, en las puertas de la muerte, Poussières d´amour.


Josefina Sartora

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