Violette
Dirección: Martin Provost
Guión: Martin Provost, Marc Abdelnour, René de Ceccatty
Francia/2013
Recuerdo cuando en
los ´60 se publicó La bastarda, novela de Violette Leduc, todo un escándalo
editorial, por su contenido “escabroso” en términos de mi madre quien, como
tantas señoras de su generación, no se perdía una de sus novelas aunque no lo
confesara. Esa obra sacó a Leduc de la lista de escritoras malditas, fijada
allí porque sus anteriores abordaban abiertamente temas como sexo, lesbianismo,
incesto, en suma, un erotismo vivido plenamente, sin tapujos ni disfraces. La
mayor parte de su obra es autobiográfica, y el muy interesante film de Martin Provost
recorre esa vida durante veinte años en paralelo a la publicación de su obra
testimonial. Violette vivió acosada por su condición de bastarda, que vivía
como un estigma, con una madre que no supo apreciar el talento de su hija, pero
que no dejó de acompañarla en sus peores momentos.
Emmanuelle Devos
realiza una excelente performance como esa mujer inteligente y conflictuada,
angustiada y acosada por una rica, tumultuosa vida interior que por fin puede
emerger gracias a la literatura. Quien la estimula a desarrollar sus dones es
Simone de Beauvoir, embarcada en una cruzada feminista que hoy puede sonar
excesiva, pero que en los ´50 fue revolucionaria. Violette soporta durante todo
el film la crítica y rechazo de sus contemporáneos: porque es fea, porque su
voracidad emocional no tiene límites ni satisfacción, porque su literatura es
obscena según los parámetros de su época.
El film está
estructurado en capítulos, titulados con los nombres de quienes estuvieron
cerca de la escritora. Varios fueron los personajes gays que ayudaron a Leduc, estimulando
su escritura: los escritores Jean Genet y su marido Maurice Sachs, y Jacques
Guérin fue su mecenas, aquí en la figura del gran Olivier Gourmet.
Si la enorme Devos
convence en la avidez hiperbólica de Leduc, la delicada Sandrine Kiberlain
también tiene en su actuación el peso del film. Su mesurada Simone de Beauvoir
hace un adecuado contrapeso a la exhuberancia de Leduc, quien la acosa de todas
las formas posibles. Interpretadas por dos de las mejores actrices francesas de
hoy, ambos personajes son notables modelos femeninos de la mujer que emergió
después de la guerra, buscando un nuevo lugar social. Se extraña sin embargo
más espacio dedicado a su escritura, que se ha dejado en segundo lugar, detrás
de esa personalidad desbocada, voraz y exasperante.
Es el segundo film
que Prevost dedica a artistas francesas del siglo XX: el anterior se ocupó de
Séraphine de Senlis, la pintora naive, otro personaje con un psiquismo
atormentado que encontró la salida en el arte. Para la puesta en escena de Violette, un biopic de qualité, que cuida la
recreación temporal, el director no se vale de gran parafernalia: elige un par
de calles de Paris que se conservan antiguas, el infaltable Jardín de
Luxemburgo, sencillos interiores en viejos edificios, y ausencia casi total de
extras: la Paris de postguerra parece deshabitada, fantasmal.
Josefina Sartora
Excelente descrpcion
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