El hombre más
buscado (A Most Wanted Man)
Dirección:
Anton Corbijn
Guión:
Andrew Bovell, sobre una novela de John Le Carré
Reino
Unido-Estados Unidos-Alemania/2014
El mayor
acierto de este thriller político es tener al gran Philip Seymour Hoffman como el
protagonista, decadente director de una agencia de inteligencia extraoficial
alemana encargada de hacer los trabajos sucios, al margen de la ley y la
opinión pública. El otro acierto es contar con tres actrices estupendas en
diversos roles. La alemana Nina Hoss como su colaboradora más cercana e
incondicional, quien lo ayuda a develar qué hay tras la llegada de un refugiado
checheno-ruso a Hamburgo, sospechoso a
priori de ser terrorista, y a sacar a luz los manejos sucios que se
esconden en las altas finanzas, toda vez que algún musulmán está involucrado.
La otra buena actriz es Rachel Mcadams, una abogada tan idealista como ingenua,
trabajadora por los derechos humanos, que trata sin éxito de proteger a su
refugiado de los manejos oscuros del poder. Y la tercera, Robin Wright, quien
está para demostrar que siempre, no importa lo que suceda, la CIA o los Estados
Unidos tienen la última palabra.
Como ya se
ha adivinado, esta película ensucia a quien la toca, está cargada de una
ideología espuria, del más rancio colonialismo, que uno creería que el cine ya
no debería esgrimir. Y sin embargo… John Le Carré ha brindado innumerables
novelas e inspirado películas con sus historias de espionaje –con éxitos
memorables como El espía que volvió del frío y El topo-, y sabe mostrar,
pasados sus 80 años, que se adapta a los cambios en la política internacional y a
las preferencias de Holywood. Antes fueron los indios. Después, los rusos.
Ahora le toca a los musulmanes ser los malos de la película. Terminada la
Guerra Fría (¿terminada?), caído el Muro, ahora vivimos la post caída de las
Torres. No olvidemos que en Hamburgo se planificó el atentado del 11 de
septiembre -día del estreno de este film-, y desde entonces ha quedado señalada como zona sensible. Con un
racismo sin pudores, la película –y todos los agentes de las diversas agencias
de espionaje- dan por sentado que algo sucio debe de esconderse tras esos dos
musulmanes: uno proveniente de la siempre sospechosa ex URSS, y el otro, aunque
millonario, es árabe. Ergo, se valen de los medios menos ortodoxos para conocer
la verdad y conseguir pruebas incriminatorias: secuestro, tortura psicológica. Recursos
a los que la serie 24 nos ha acostumbrado al punto de considerarlos casi normales.
Cerebral, más de palabra que de acción, la historia de Le Carré –quien siempre sabe
explotar el lado oscuro del tema- se bifurca, deriva en sub conspiraciones, se
vuelve sobre sí misma, en pliegues que parecen reproducir el estado de la
política de inteligencia actual.
El
quinto acierto es la presencia de William Defoe como el banquero que lavar
negocios sucios, y trabaja con dinero espurio que los rusos han obtenido tras
el cambio de régimen. Así, El hombre más buscado interrelaciona
la política con el dinero, el terrorismo y el espionaje, pero también los
sentimientos. El fotógrafo devenido director, Anton Corbijn, parece más
preocupado por la imagen, por captar los ambientes, que por conducir la
historia. Combina todos esos elementos valiéndose de las técnicas básicas del
film de espionaje y suspenso, cayendo a menudo en lugares comunes, perdiéndose
en los varios hilos de la trama, si bien logra mantener cierto interés hasta el
final.
Hoffman
entrega una actuación memorable, con su personaje en decadencia, descuidado, con
su permanente vaso de alcohol y su cigarrillo, lo cual recuerda las adicciones
del actor, que lo llevaron a su muerte reciente. Hoffman se debate entre la ansiedad, la
frustración, la rabia, la decepción, mientras arrastra su cuerpo castigado. Como a veces sucede, el actor es mucho más grande que su rol.
Josefina
Sartora
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