Organizado por la Secretaría de Cultura de la
Provincia, está desarrollándose en Jujuy el segundo Festival Internacional de
Cine Ventana Andina, con una amplia programación de películas de los países de
la zona de los Andes, en una apuesta al desarrollo del sector cinematográfico de la región. Tiene la intención de contribuir
al incipiente surgimiento de la
industria en el área, en tres líneas: exhibición, capacitación y
comercialización.
En la Competencia Internacional se exhibe una
buena selección de títulos. Algunas películas ya fueron presentadas en otros
festivales o ya tuvieron su estreno en Buenos Aires, pero es también la
oportunidad de ver títulos nuevos, o aquellos que no pudieron verse
oportunamente. En esta sección hay varios films argentinos: La
mujer de los perros, de Laura Citarella y Verónica Llinás, y Refugiado,
de Diego Lerman, a los cuales nos hemos referido oportunamente. Entre otros, de Chile se exhibe Matar a un hombre, de
Alejandro Fernández, visto en el Festival de Valdivia.
Saudade con
dirección y guión del ecuatoriano Juan Carlos Donoso en una co-producción de
Argentina y Canadá, es una película
ambiciosa, que no deja tema de lado: la crisis económica de 2000 en Ecuador, la
debacle financiera de muchos, la represión en Argentina, la entrada a la
madurez del protagonista en ese contexto, el incesto y varios etcéteras. Lo que
empieza como un documental de la situación en América Latina continúa como un
film de ficción sobre un grupo de jóvenes, sin que el espectador logre articular
ambos temas, hasta que por fin sueltan algunos hilos conducentes. En esas
circunstancias se plantea la historia de un joven en conflicto, como tantos
otros. Podría haber sido un buen film, con mayor criterio selectivo.
La Competencia
Internacional tiene una sección de films documentales, varios argentinos: El
color que cayó del cielo de
Sergio Wolf y A vuelo de Pajarito de Santiago
García Isler, ya vistos en Buenos Aires,
La Competencia Argentina “Félix Monti” presenta algunos títulos que ya
se han visto en Buenos Aires pero constituyen estrenos para el Norte del país,
como La salada
de Juan Martín Hsu y El cerrajero, segundo largometraje
de Natalia Smirnoff. También Ciencias
Naturales de Matias Lucchesi y El escarabajo de oro de Alejo
Moguillansky y Fía-Stina Sandlund.
Tuve la ocasión de ver un curioso documental, El
último pasajero, de Mathieu Orcel. Tan singular es su
protagonista como el espacio que habita. El neoclásico y monumental Boulevard
Atlantic Hotel de Mar del Sur ya había aparecido en el film Balnearios,
del inquieto Mariano Llinás. Testimonio de un espíritu de grandeza de otras
épocas, hoy languidece en ruinas al cuidado –es un eufemismo- de quien se
declara su propietario. El hombre es un mitómano, que narra una historia
contradicha por otros habitantes de la zona, que lo coloca en un lugar de
incertidumbre como pocos films consiguen para sus personajes. El documental
juega entre verdades y mentiras, estableciendo una dialéctica que nunca permite
la certidumbre.
Otro documental muy interesante resultó Mika. Mi guerra de España, de Fito Pochat y Javier Olivera, que oscila
entre la tercera y primera persona sobre la historia de dos libertarios, Hipólito
y Mika Etchebehere. Basado en las memorias de esta última, ambos argentinos,
miembros del PC, fueron a Europa a hacer la revolución. Cuando la llegada de
Hitler impidió su acción en Alemania, pasaron a luchar por la República durante
la Guerra Civil española. Con impactantes imágenes de archivo de la guerra,
otras de Mika en diversas épocas, fotografías y su relato en primera persona en la voz de Cristina Banegas, el film constituye
un importante testimonio de la historia de la primera mitad del siglo XX.
Choele, tercer film de Juan Sasiaín, es un cálido film,
pequeño y efectivo, sobre la relación de un hijo con su padre. Coco llega a
Choele Choel a pasar unos días con su padre, y se encuentra que una joven mujer
está viviendo allí. Maxi (estupendo Leonardo Sbaraglia) no le dice que es su
novia y Coco se enamora de ella. El film expone con gracia y ternura ese
momento en que todavía no se ha abandonado la niñez y sus juegos y ya empiezan
los temas e intereses del futuro hombre. Lautaro Murray es un hallazgo, con 11
años tiene una naturalidad y espontaneidad al actuar que convence plenamente en
su entrega actoral.
Hay también una sección de cortos, Films
producidos desde la ENERC de Jujuy, y tampoco faltan en Ventana andina las
rondas de negocios, y las mesas de diálogo sobre producción y distribución cinematográfica.
Las actividades de
Ventana Andina no se limitan a la ciudad de San Salvador de Jujuy. Hay charlas
y proyecciones en localidades del interior: en los maravillosos escenarios
jujeños de La Quiaca, Tilcara, Purmamarca y San Pedro se realizan exhibiciones de
la Muestra
Itinerante de Cine Nueva Mirada para niños y jóvenes.
En algunas ocasiones, es una oportunidad para que los niños de la región vayan
a un cine por primera vez, y quedan maravillados.
Además del homenaje al cine del boliviano
Jorge Sanjinés, se realiza una retrospectiva de Pablo Trapero y un tributo al
film Casas
de fuego, de Juan Bautista Stagnaro, en sus 20 años.
Josefina Sartora
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