5 de noviembre de 2015

Festival de Mar del Plata 2015. 2

Eva no duerme
Dirección y guión: Pablo Agüero
Argentina/2015


Extraño, algo experimental, el tercer film de Pablo Agüero -en Competencia Internacional en el Festival de Mar del Plata- constituye una propuesta original para contar el macabro devenir del cadáver de Eva Perón. Una de los hitos más nefastos de la historia argentina, plagado de detalles necrófilos, abordarlo en el cine podría resultar irritativo para muchos. Las elecciones de Agüero son respetuosas, y muy válidas, sin dejar de ser polémicas.

Estructurado en varios capítulos, cada uno con su protagonista, y en su particular momento histórico, entre cada uno de ellos se intercalan imágenes documentales de las distintas épocas. Si el documental es siempre en exteriores y en blanco y negro, para los momentos ficcionalizados se vale de recursos estéticos muy artificiosos, que bordean el terror, el expresionismo, el thriller y la acción, todos y cada uno de ellos en espacios cerrados, comprimidos, con un protagonista y pocos interlocutores. Está muy cercano el recuerdo de su film previo, Madres de los dioses, en el que también apelaba a recursos originales para historias tampoco convencionales.


Tras una obertura nada feliz, el momento del embalsamador. Aquí se crea una atmósfera onírica, donde fantasmas y  terror se combinan tenebrosamente. El embalsamador parece vivir un tiempo otro, encerrado con sus gases y su cuerpo muerto, y quien lo asiste en la limpieza. El film no pretende un relato lineal y completo, sino varios momentos que testimonian la perduración de “esa mujer”, o “la señora”, o “esa yegua” en el corazón de cada uno de los argentinos a lo largo del tiempo. El episodio más impresionante tal vez sea el del transportador, con un Denis Levant como la presencia más curiosa dentro de este film, y el joven suboficial que lo acompaña, rodado dentro de un camión que transporta la caja con el cadáver para ser sacado del país. Resulta el momento más bestial, tanto como el rostro del actor, y la iluminación –como en todo el film- teatral, dramática. Un episodio muy logrado, de máxima tensión y compromiso visual. En el último episodio se recrea el juicio de Montoneros al dictador Aramburu, uno de los responsables de su desaparición, quien dice desconocer dónde la enterraron. A diferencia del film de Rafael Filippelli, éste trata a unos y otros con respeto y cierta objetividad, en el enfrentamiento entre los dos grupos entonces enfrentados a muerte. Que Daniel Fanego es un actor excelente es una verdad tan contundente que puede perdonársele que no dé el physique du rol para encarnar al general Aramburu.


El film no pretende ser realista ni trazar un derrotero convencional, todo lo contrario, y tiene su fuerza, si bien por momentos bordea lo patético. Las tomas documentales de los movimientos populares que veneran y reivindican a Eva, cuando muere y testimonian su vigencia años después, tienen su resignificación en los tiempos que corren.


Josefina Sartora

No hay comentarios:

Publicar un comentario