2 de marzo de 2017

El teatro de la vida

El viajante (Forushande)
Dirección y guión: Asghar Farhadi
Irán-Francia/2016

Josefina Sartora


Por segunda vez, el Oscar a la mejor película extranjera fue para un film de Asghar Farhadi, y su nacionalidad iraní fue uno de los motivos fuertes para otorgárselo. El discurso de agradecimiento que leyó una compatriota, ante la política antiinmigratoria del presidente Trump que impidió el viaje del director a Estados Unidos, fue el único mensaje comprometido en una ceremonia lavada y acomodaticia en la que todos perdieron la oportunidad de constituirla en un acto de resistencia. Incluso los numerosos premiados de raza negra, que hubieran podido hacer de la entrega una plataforma para mejorar las cosas en su comunidad, prefirieron no hacerlo.

Farhadi había ganado ya un Oscar con la excelente Nader y Simin una separación, y es también el director de El pasado y Buscando a Elly. En El viajante vuelve a indagar en las relaciones humanas y familiares, en un melodrama que también tiene connotaciones de crítica moral y social, aunque no alcanza los niveles de sus obras anteriores.

En este caso, se trata de un tema de honor. Una pareja de clase media debe mudarse con urgencia de departamento, y se instalan en uno que le consigue un compañero, enterándose más tarde de que la anterior ocupante trabajaba como prostituta. La nueva ocupante (la excelente y bella Taraneh Alidoosti, actriz de Buscando a Elly) debe atender llamados molestos, y en un descuido es atacada por un desconocido, que presumiblemente busca a la otra mujer.


Desesperado por no haber protegido a su esposa, el marido prefiere no indagar demasiado sobre el ataque y sus consecuencias, pero logra averiguar –tras una investigación perspicaz- quién fue el atacante. Lo secuestra, desatando todo un drama en que los valores morales y sobre las conductas humanas se ponen en crisis. De cómo la vida común se ve dañada por una violencia inesperada y no buscada, con consecuencias indeseables.


Ambos esposos son actores de teatro, y durante la tragedia estaban ensayando La muerte de un viajante, de Arthur Miller. Al tiempo que el drama traza ciertos paralelismos con la obra de teatro en cuanto a las relaciones de pareja y la responsabilidad masculina, se desarrolla un retrato de una sociedad patriarcal, machista, con gran diferencia entre las actitudes del hombre y la mujer. En última instancia, víctimas y victimarios no son muy diferentes. Seca, sobre sentimientos básicos, bien contada y actuada, derrapa sin embargo en su última parte, que no sostiene el rigor del comienzo.

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