Dos noches hasta mañana (2 yötä aamuun)
Dirección y guión: Mikko Kuparinen
Finlandia-Lituania/2015
***
Josefina Sartora
Dos noches hasta mañana, como describe su título, incursiona en el tópico del
encuentro circunstancial de dos seres que están de paso y han de separarse
prontamente. Y sin embargo este film –presentado en Pantalla Pinamar-, procura
en todo momento apartarse del cliché, abordando otros temas adyacentes, aunque
no siempre con éxito.
Ella, una arquitecta francesa; él, un
músico y DJ triunfador, finlandés. Ambos se alojan en el mismo hotel en Vilnuus
o Vilna, la capital de Lituania donde han llegado por motivos de trabajo, y la
acción transcurre en los espacios cerrados del hotel y algunas calles de esa
ciudad desconocida, que convoca a la aventura. Lo que en principio parece un
fácil encuentro sexual deviene algo mucho más complejo: ambos tienen
compromisos que los reclaman, ella se encuentra dubitativa entre su
homosexualidad y la presencia de este hombre más joven, atractivo y potente, que
la seduce de inmediato. También los tiempos se ven alterados, porque lo que iba
a ser un encuentro de una noche, ha de prolongarse.
La actriz canadiense Marie-Josée Croze,
a quien viéramos en películas tan disímiles como Las invasiones bárbaras, La
escafandra y la mariposa, Calvario y la reciente El
secreto de Kalinka, cumple una excelente performance como esa mujer
adicta al trabajo, aparentemente firme y segura que esconde una secreta vulnerabilidad
que aflora por momentos. Mikko Nousiainen encarna a ese hombre que parece creerse
irresistible. El primer tercio de la película es la parte más interesante,
cuando se produce el encuentro y casi no median palabras entre ambos,
comunicándose por miradas o gestos elocuentes. El resto reitera los temas con
pocas variantes.
Entre dos viajeros en el mundo
globalizado, Skype es el tercer personaje, que se interpone entre ambos. Muy poderosa
la tesis de que la tecnología no cesa de interferir en las relaciones en un
mundo permanentemente comunicado, que la presencia virtual de otros personajes
irrumpe en ese tiempo entre paréntesis y fuera del mundo cotidiano que ambos
creen estar viviendo. Y sin embargo un gesto, una mirada, pueden más que la
palabra.
Un film menor y agradable, con una
historia de amor más realista que romántica.
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