Hans Hurch (1952-2017)
In memoriam
Sin esperarlo, sin aviso, ha muerto Hans
Hurch el domingo pasado. Quienes hemos seguido la evolución del Festival de
Viena –La Viennale- durante los últimos años, conocemos su tarea como uno de
los más importantes e influyentes cinéfilos y formadores de tendencias cinematográficas
contemporáneas, y un ejemplo como director de un festival de cine.
Fui por primera vez a la Viennale en
2008, y en 2016 tuve mi 5ª Viennale. A lo largo de esas visitas cinéfilas
intensas, apasionadas y enriquecedoras, vi el trabajo de Hans, la reafirmación
de la Viennale como uno de los mejores festivales del mundo. El Festival de
Viena es el “festival de festivales”: por realizarse a fines de octubre, reúne
la selección que hacía Hans de lo mejor de los festivales del mundo, a los
cuales acudía con su mirada atenta a descubrir toda novedad, toda película de
calidad. Con su trabajo con Straub y Huillet formó una concepción abierta y
moderna del cine, una cinefilia admirable, y fue el descubridor de talentos de
todo el mundo. Asiduo concurrente al Bafici, donde repartía su afabilidad con
quien se acercara a compartir con él un café o un vino entre una película y
otra, llevó a la Viennale a los nuevos talentos de iban emergiendo en
Argentina, desde Lisandro Alonso hasta Gastón Solnicki, sin dejar de mencionar
su retrospectiva de Raúl Perrone. Y de la misma manera procedió con el cine de
otros países. Sus principios y teorías cinematográficas siempre estuvieron
planteados en los sesudos escritos que publicaba en los catálogos.
Esto viene unido a la hospitalidad que
Hans le imprimió al festival, dispuesto a albergar a realizadores, actores top y
técnicos, programadores y periodistas de todo el mundo, a reunirlos en sus
pródigas y célebres cenas comunales, donde, todos mezclados en una democracia
ejemplar, pudimos disfrutar de Viena, y del ambiente de camaradería que Hans
supo imprimir, con su afable sonrisa, y sus infaltables camisas y trajes negros
de seda.
A lo largo de los veinte años que Hans
Hurch dirigió la Viennale, formó un equipo de trabajo que actuó
mancomunadamente, con una mirada compartida sobre el cine contemporáneo,
llevando siempre una selección impecable a la programación de cada año. Y cada
edición del festival funcionó con la precisión que sólo un equipo de austríacos
pueden dar. El peso de su labor cinematográfica trascendió el espacio de
Austria, ya que, junto a otros programadores internacionales, trazó líneas,
formó opinión sobre el cine contemporáneo. Que no se limitaron sólo al cine,
sino que en cada ocasión la Viennale presentaba en vivo a algún músico de
importancia, como Patti Smith o Jane
Birkin, por poner algún ejemplo.
Los cortos institucionales de la Viennale
constituyen un legado simbólico único en el mundo de los festivales. Hans
encargaba el corto de cada año a un realizador notable –llámese Jean-Luc Godard,
Agnès Varda o Apitchatpong Weerasethakul- quien realizaba un corto siempre
sorprendente, notable por su maestría, su abstracción, su contenido.
Gracias Hans, por tu Viennale. Ya nada será
igual.
Unerwartet
und plötzlich ist Hans Hurch am 23. Juli verstorben. Jene, die wie wir, in den
letzten Jahren die Evolution des Festivals von Wien, der Viennale, verfolgt
haben, kennen seine Arbeit als die eines der wichtigsten und einflußreichsten
Kinoliebhabers. Er hat das moderne Kino mit geformt und war ein Vorbild als
Direktor eines Filmfestivals.
Ich war
zum ersten Mal bei der Viennale 2008 und erlebte in 2016 meine 5. Viennale.
Entlang dieser intensiven, leidenschaftlichen und bereichernden Kinoerlebnisse
sah ich die Arbeit von Hans und die Bekräftigung der Viennale als eines der
besten Festivals der Welt – es ist das
“Festival der Festivale”. Um es Ende Oktober zu verwirklichen, entdeckte Hans
mit seinem aufmerksamen Blick bei den weltweit besten Festivals jede Neuigkeit,
jeden Qualitätsfilm. Durch seine Arbeit mit Straub und Huillet schuf er eine
offene und moderne Auffassung des Kinos, eine bewundernswerte Kinobegeisterung,
und war der Talenteentdecker der ganzen Welt. Er war regelmäßiger Teilnehmer
beim Bafici - dem Festival von Buenos Aires -, wo er seine Freundlichkeit mit
jedem teilte, der sich ihm näherte – um zwischen den Filmen einen gemeinsamen
Kaffee oder Wein zu trinken – und von wo er neue Talente aus Argentinien, von
Lisandro Alonso bis Gaston Solinicki zur Viennale brachte, ohne aufzuhören,
seine Rückschau von Raul Perrone zu erwähnen. In derselben Art behandelte er
das Kino in anderen Ländern. Seine Prinzipien und Filmtheorien entstammten
immer den weisen Ausführungen, die er in Katalogen publizierte.
Hans hat
die Gastfreundschaft des Festivals geprägt, immer bereit Regisseure,
Schauspieler, Techniker, Programmgestalter und Journalisten aus der ganzen Welt
zu beherbergen, um sie in seinen verschwenderischen und berühmten Abendessen,
wo wir alle vermischt wie in einer beispielhaften Demokratie, in einem
kameradschaftlichen Milieu, Wien geniessen konnten. Unvergesslich sein
leutseliges Lächeln, seine unvermeidlichen Hemden und die schwarzen
Seidenanzüge.
Über die
zwanzig Jahre, die Hans die Viennale leitete, formierte sich ein Arbeitsteam,
welches zusammenhielt und mit einem auf das Gegenwartskino gerichteten Blick
alljährlich eine tadellose Programmauswahl getroffen hat. Jede Ausgabe des
Festivals lief mit einer, nur von einem österreichischen Team garantierten,
Präzision ab. Das Gewicht seiner cinematographischen Arbeit ging über
Österreich hinaus, da er, zusammen mit anderen internationalen Programmen, Linien
aufzeigte und meinungsbildend über das moderne Kino wirkte. Nicht nur auf Kino
beschränkt, wurde jede Gelegenheit genutzt bedeutende Musiker, wie zum Beispiel
Patti Smith oder Jane Birkin vorzustellen.
Die Institution
der Kurzfilme bei der Viennale sind ein einzigartiges symbolisches Vermächtnis
in der Welt der Festivale. Hans beauftragte für den jährlichen Kurzfilm einen
bedeutenden Regisseur – wie Jean-Luc Godard, Agnes Varda oder Apitchatpong
Weerasethakul – die immer überraschende Filme produzierten, welche durch ihre
Meisterhaftigkeit, Abstraktion und Inhalt bemerkenswert waren.
Danke
Hans, für deine Viennale. Nichts wird mehr gleich sein.
(Traducción Erwin Kuhn)
(Traducción Erwin Kuhn)
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