La reina del miedo
Dirección: Valeria Bertuccelli y Fabiana
Tiscornia
Guión: Valeria Bertucelli
Argentina-Dinamarca/2018
¿Nadie cercano a Valeria Bertucelli pudo advertirle
que no conviene ser guionista, directora, actriz protagónica y estar presente
en cada plano de su película? La omnipotencia y el narcisismo no son buenos
consejeros a la hora de la creación artística. Se hace difícil el mínimo distanciamiento
de la obra y la necesaria objetividad, y la autocrítica es casi imposible.
Todo se agudiza si además, la historia
gira alrededor de una actriz. El tema ha sido abordado hartas veces, desde la
cima, Sunset Boulevard, hasta ejemplos olvidables. Se hace muy
difícil ya decir algo nuevo en las películas sobre actrices o actores en
vísperas de su estreno, no se encuentra creatividad en este tema. Hemos visto
bastantes actrices y actores histéricos que tienen miedos nocturnos pero viven
en casas rodeadas de jardín y con las puertas abiertas. No sabemos si el miedo
es a lo desconocido en la noche o un pánico escénico que tiene a la
protagonista de ese unipersonal dispersa, insegura, irresponsable, tanto que cuando
la llama el clásico amigo gay que está muy enfermo, abandona todo y deja a todos
plantados para irse a verlo dos días a Dinamarca. Nada de lo que sucede en
Copenhage se sostiene, a pesar de que él sea Diego Velázquez, y que hablen de
temas profundos, como la amistad, la vida o la muerte.
Película errática y sin norte, como la protagonista
que no sabe qué quiere ni a donde va, aunque mantiene a todos pendientes de sus
veletas. Incluida la pobre escenógrafa a cargo de una desorientada Marta Lubos.
O la desubicada presencia del ex marido (Darío
Grandinetti), quien acude embozado en medio de la noche “a buscar unas cosas”… Y aclaremos que nunca buscamos certezas en el arte. Los
mejores momentos son aquellos en los que domina un humor absurdo, sobre todo en
las conversaciones que sostiene Robertina (Robert, Tina, sobran apodos) con su
asistente, a cargo de una notable debutante, Sary López.
Valeria Bertucelli es una muy buena
actriz, lo ha demostrado en las películas que filmó con Martín Rejtman y salvando
otras no tan felices. Y esta actuación le valió el premio a la mejor actriz en
el último Festival de Sundance. Su film cuenta con apoyos importantes, como el
de la Ciudad de Buenos Aires, el del inefable Marcelo Tinelli y los dineros de
Prosegur, que se ha asegurado el aviso publicitario más largo de su historia.
Sin duda, un gran impulso para lograr un éxito de público.
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