28 de agosto de 2019

Amor sin barreras

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Margen de error
Guión y dirección: Liliana Paolinelli
Argentina/2019

Josefina Sartora


Liliana Paolinelli dedica su cine al amor entre mujeres, temática muy poco abordada por el cine argentino, que recién ahora empieza a tener lugar en las salas, gracias a la desbordante euforia del feminismo y los permisos que hasta hace poco no se tenían.
Lengua materna fue un ejemplo de cómo dos generaciones viven el lesbianismo, fuera del armario; Amar es bendito, la experimentación de formas de amor alternativas; Margen de error, el amor entre generaciones.

Iris es una científica libre, independiente, que festeja su cumpleaños junto a su pareja Jaqui y un grupo de amigas lesbianas. Ha acogido en su casa a Maia, la hija de una amiga que ha llegado de Tucumán a estudiar en Buenos Aires. Iris le muestra la ciudad, la recibe casi como una hija, la ayuda a instalarse en el departamento que alquila. Maia también se siente atraída por las mujeres, y se enamora de una mujer mayor. Por algunos datos que da la chica, y otros indicios, Iris termina creyendo que ella misma es el objeto del deseo de Maia. Sobreviene entonces una serie de enredos, malentendidos, engaños, omisiones, lo típico de una comedia romántica con conflicto.

La directora siempre demuestra una acertada decisión en la elección de los castings. Susana Pampín es una actriz de una versatilidad y sensibilidad evidentes, como lo ha demostrado en el teatro –hoy en Tarascones, junto a otra genia, Paola Barrientos, quien también se luce en La afinadora de pianos- y en el cine. Su Iris es un personaje de variados matices, y sabe articular la espontaneidad de la primera parte con las dudas, la desorientación, el conflicto de la segunda. Eva Bianco como su pareja, sobria, como siempre, y la intervención de la joven actriz tucumana Camila Plaate es un hallazgo, en total sintonía con Susana Pampín.


Margen de error tiene un ritmo activo, preciso, y las situaciones son mostradas con naturalidad, sin bajada de línea. Por momentos muy divertida, otros de triste patetismo. Es importante la presencia de un grupo de pares, aunque no se profundiza este tema. Hubiéramos esperado que la película desarrollara más otros asuntos, como la infidelidad en la pareja de amigas recién casadas, o la historia de la misma Maia, pero hay aquí una clara decisión de no elaborar ni derivarse en historias secundarias, atenerse a la historia mínima, la de Iris, sin abandonar su punto de vista.

El de Paolinelli es un cine valiente por sus temas, pero –ya lo hemos dicho en ocasión de Lengua materna- en lo formal se atiene a los cánones clásicos, los más tradicionales del costumbrismo argentino, con el riesgo de que el lesbianismo manifiesto, que es una forma del no conformismo, caiga en lo convencional.

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