16 de agosto de 2020

Mrs America
Creador: Dahvi Waller
Estados Unidos/2020

Josefina Sartora


La década de 1970 tuvo relevante  significación en la evolución de la sociedad humana en al menos dos campos:  la lucha por las reivindicaciones sociales por un lado, y el fortalecimiento del feminismo por otra. Con variada evolución.

Si en Estados Unidos los ’60 significaron el reconocimiento de los (algunos) derechos de los negros,  en los ’70 fue  la mujer quien pasó al frente de la lucha, concentrada en la aprobación de la Enmienda por la Igualdad de Derechos (Equal Rights Amendment - ERA), batalla política que se libró durante largos años dentro y fuera del Parlamento. Ese es el tema de Mrs America, una miniserie insoslayable en estos tiempos de neo conservadurismo, en los que gente como Trump, Macri, Berlusconi, Bolsonaro, el ex príncipe Andrés o el ex rey Juan Carlos han sido elegidos y/o gozado del gran poder, a pesar de sus desprecios, insultos, menoscabos, burlas, y maltrato a la mujer, de forma desenfadada, desinhibida y arrogante.

Mrs America, una creación de Dahvi Waller (guionista de Mad Men) aborda el tema en su faceta histórica, y lo hace mesuradamente, tratando de atenerse a los hechos, y haciendo hablar a las principales protagonistas de aquel debate histórico.

Referirse a Cate Blanchett como una de las mejores actrices del momento es quizás un lugar común, ya que su filmografía es brillante sin un traspié, y cuenta en su haber varios Oscars, Golden Globes, y numerosas nominaciones. Su talento reside también en la elección de sus roles, que han transitado desde la soberana reina Isabel I hasta la lesbiana Carol, pasando por variedad de tipos de mujeres, en un amplio registro. Tal vez el más sorprendente de todos sea su personificación de Phyllis Schlafly, esposa de clase media alta yanqui y suburbana, encarnación de lo que en aquella época se llamó WASP (blanco-anglosajón-protestante), dedicada a la atención de su casa y su familia, con un marido abogado exitoso y seis hijos. Pero Phyllis ambicionaba algo más, mucho más, y lideró un movimiento de mujeres que habría de oponerse a la ley de igualdad de derechos entre varones y mujeres. Y así combatiría al feminismo todo.

Que está en el otro lado. Para quienes recordamos aquellos años de ebullición, aunque sea vagamente, y de lejos, de la era pre Internet, resulta emocionante ver en pantalla a figuras legendarias como la escritora Gloria Steinem (Rose Byrne), la congresista Bella Abzug (Margo Martindale), Betty Friedan (Tracey Ullman), y Shirley Chisholm (Uzo Aduba), primera mujer negra en llegar al Congreso de USA y primera precandidata a Presidente mujer (y negra) en el país en esos años '70, quienes iniciaron ese movimiento feminista que, a pesar de los tropiezos, y de la oposición de todo el sistema, supo seguir adelante.


Pero el movimiento feminista sirve de telón confrontativo para desarrollar el ascenso de Schlafly. Ella supo convocar miles de amas de casa en su movimiento Stop ERA, unido al grupo fundamentalista religioso Eagle Forum. Resulta inevitable trazar el paralelismo con la realidad actual: la lucha anti aborto de esas amas de casa con las actuales de las Provida, y el ascenso meteórico de Reagan sobre Carter que se iguala a la llegada al poder de Donald Trump sobre Hillary Clinton. Durante la elección de Reagan, Phyllys Schlafly lleva un prendedor que dice Let’s Make America Again, lema de Trump.

En nueve capítulos la serie que transmite Hulu va desarrollando esta historia de una década, focalizando cada uno de ellos en uno de sus personajes, o en uno de los hitos de esta confrontación. Lo interesante es que la serie presenta el movimiento feminista con sus muchas contradicciones, enfrentamientos internos, matices, por ejemplo las diferencias entre las intelectuales, las chicanas, las lesbianas, las negras, las primeras transgénero… El movimiento no era unívoco, sino que contenía una complejidad de posturas que debieron trabajar y acomodarse para lograr sus objetivos comunes.

La personificación de Blanchett es, una vez más, admirable: el rostro de Schlafly es una máscara, con una sonrisa forzada para enfrentar a los varones poderosos del Partido Republicano, donde quiere alcanzar un lugar prominente. Su personalidad imperturbable, despótica, nos despierta todos los mecanismos de repulsión, como  sus elaborados peinados del ama de casa conservadora, acordes con su vestuario de variadas dos piezas de colores pastel. La escena final, la de su conversación con Reagan, es un tour de force que merece ser visto tres o cuatro veces, para apreciar la variedad de expresiones de su rostro. También resulta paradójico que Schlafly, acérrima antifeminista, asuma actitudes feministas sin percatarse de hacerlo, como al independizarse de su marido, encontrar una actividad ajena al devenir hogareño, dejar a sus hijos al cuidado de su menoscabada cuñada.

Sarah Paulson y Cate Blanchett han compartido set en ocasiones previas: en Carol y en Ocean’s 8. Aquí, Paulson es la amiga más cercana de Schlafly, otra esposa y madre que no desea ingresar al ejército, ni salir a trabajar, y que se opone al aborto, y ella funciona como una suerte de eco de toda palabra de Schlafly, a quien sigue y obedece ciegamente, sin cuestionamientos. Pero su personaje –ficticio- es el que vive una evolución, abriéndose a escuchar otras voces, a habitar otros ámbitos, a tomar sus propias decisiones, sobre todo a medida que se da cuenta de que su líder va cayendo en una postura autoritaria y enceguecida por el poder. Pero ese personaje es ficcional.


Aunque finalmente el poder masculino aplaste todo intento de las mujeres por hacer algo por su género, aunque al final de los nueve capítulos de esta serie –y hasta este año 2020- la ley continuaba sin ser totalmente aprobada, aunque las feministas fueran radiadas de sus cargos oficiales, aunque Schlafly no reciba el reconocimiento que esperaba del candidato que apoyó y venció, Ronald Reagan, Mrs America es la historia del empoderamiento femenino. La lucha de todas ellas, las unas y las otras, significó poner en palabras un debate silenciado, poner en imágenes realidades ignoradas, dar visibilidad a realidades femeninas ocultas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario