31 de octubre de 2010

Noticias de la Viennale 3

A la francesa

La Viennale es también un intenso evento social, dado que es numerosa la cantidad de invitados que acuden a ella, y las oportunidades para encontrarse. Así, tuve el enorme placer de conocer a Marie Rivière, la actriz de Eric Rohmer, estrella de la retrospectiva que este año la Viennale dedica al maestro recientemente fallecido, con la proyección de su obra completa.


Marie Rivière
 Rivière presenta su documental En compagnie d´Eric Rohmer, imperdible repaso de su vida inteligente, prolífica, con testimonios de quienes fueran actores de sus films. Rivière acompañó a Rohmer en sus últimos años, durantes los cuales filmó su final, en un elocuente documental. Me sucedió además algo particular: he visto casi todo Rohmer, pero antes de venir a Viena, decidí rever algo, para prepararme para la retrospectiva. Justamente por esas vueltas del destino, elegí Cuento de otoño, que me había gustado tanto hacía años, en la que Rivière era una de las protagonistas. Tuvimos una charla en la que ella recordó con cariño que había ido a un Festival de Mar del Plata a presentar dicho film.


Béatrice Romand
 Para completar, esa noche me tocó comer cerca de Béatrice Romand, la otra protagonista de aquel film. Una mujer muy simpática y vital, que me hizo pensar que puso toda su personalidad en aquel personaje. Romand me contó que se dedica ahora a hacer documentales algo antropológicos y sobre temas que a mí me resultan muy interesantes: el incesto, el divorcio. Y aquí presenta algunos Films de Rohmer con charla y debate posterior.


Otro francés muy presente aquí -pero en las pantallas- es Fabrice Luchini, actor de varias películas de Rohmer –inolvidable Percival-, entrevistado en el documental de Rivière y estrella de Potiche, el film de François Ozon.
La nueva broma de Ozon comienza con Catherine Deneuve haciendo jogging en el bosque ¡y con ruleros!, con algunas interrupciones en que se detiene a escribir alguna línea de un poema o a hablar con los animales. Temblé, lo confieso. Después de los últimos fiascos, Ozon prometía lo peor. La mujer de un industrial poderoso, que la engaña y ni la considera como persona, Suzanne se ha convertido en un potiche, objeto decorativo e inútil. Estamos en 1977, los obreros de su fábrica de paraguas se rebelan contra las precarias condiciones de trabajo, él sufre un ataque al corazón y ella debe asumir el mando, con un espíritu moderno y conciliador que no tenía su marido, y deviene una empresaria exitosa.

Una vez más -como en Ocho mujeres, con la que tiene puntos de contacto- Ozon hace su homenaje a la mujer, ubicando su historia en pleno surgir del feminismo, y habla de temas como el embarazo, el aborto, el trabajo femenino y la disposición del propio cuerpo por parte de la mujer. Ozon trata con absoluto respeto a sus actores, Deneuve, Luchini y Gérard Depardieu, con todos sus kilos y arrugas, y tiene momentos muy divertidos; el elenco se completa con Karin Viard y Jérémie Rénier, nada menos. Y naturalmente, hay un guiño a Los paraguas de Cherburgo, consagrador trabajo de Deneuve. Con interesantes implicancias políticas, algo nuevo en este director, es una farsa que resulta sumamente disfrutable y fue ovacionada a sala llena por un público poco amigo de efusiones.
Josefina Sartora

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