13 de abril de 2011

Una familia muy normal

Los Marziano

Dirección: Ana Katz. Guión: Ana Katz y Daniel Katz

Argentina/2010



Digámoslo desde el principio: Los Marziano llama al equívoco. Y muchos serán sorprendidos por él. Desde la gráfica y la estética de su afiche, la selección de momentos en los trailers o anticipos de la película, desde la música de apertura y las dos escenas iniciales en paralelo, todo anuncia una comedia costumbrista argentina más, con las figuras centrales de Puig y Francella. Sin embargo, muy rápidamente Katz demuele todos y cada uno de los prejuicios con que llegamos a la película.

Los Marziano es un retrato de las relaciones fraternas: Luis (Arturo Puig) es el hermano ganador, que vive una vida aparentemente cómoda con su mujer en un country, y funciona como el abastecedor, proveedor de su familia: sobre todo, ha bancado a su hermano menor, Juan (Guillermo Francella), y ampara a la hija de éste de un primer matrimonio. Los ha distanciado una historia de deudas impagas, enojos y desencuentros. Entre ambos opera Delfina (Rita Cortese) la hermana componedora. Ella y su cuñada Nena (Mercedes Morán) procuran que la brecha no se agudice. Tanto Luis como Juan atraviesan un momento de quiebre: Luis cae en uno de los pozos que desconocidos están cavando en el country y se rompe un brazo, y Juan sufre de un problema neurológico que le impide leer y debe viajar a Buenos Aires a consultar a los médicos. Su carencia de sentido práctico no ayudará a mejorar su estado.

La metáfora del pozo es brillante: Luis cae en el pozo justamente cuando podría disfrutar de lo que ha logrado en la vida, y a partir del momento en que lo ha tragado la tierra toma contacto con su inestabilidad, con su vulnerabilidad en suma. Metáfora psi pero también política, Luis piensa que existe una conspiración para alterar la vida en el country, y se obsesiona con resolver el misterio y descubrir a los atacantes. Resulta interesante observar el tratamiento que el cine argentino le está dando a esta nueva forma de vida que busca sin éxito la seguridad en el encierro. Y a los fines artísticos, contrarrestar esta película con Las viudas de los jueves, ubicada estéticamente en el otro polo.

Parecía difícil que el nuevo cine argentino pudiera asociarse al cine de carácter más industrial. Sin embargo, tenemos aquí una excelente muestra de que la química puede funcionar. Claro que en ambos casos, se trata de firmas de primer nivel: la productora Kramer & Sigman y Ana Katz, una de las mejores directoras del momento. Katz trabaja un material intensamente empleado en el cine y la televisión: la familia tipo argentina, con sus relaciones atávicas, sus tensiones, rivalidades, amores. Pero en sus manos ese material artístico parece nuevo, original, porque nunca cae en el estereotipo. Los tópicos que en el cine costumbrista argentino constituyen lugares comunes, aquí están elaborados por Katz desde otra óptica, con otras motivaciones, y con absoluto respeto. El rencor de Luis, las visitas a los médicos, la clase de baile de Delfina –genial Cortese practicando flashdance-, el paseo al Tigre, el asado familiar, jamás están ridiculizados o banalizados, como podría suceder en un film costumbrista clásico. El talento de Katz le permite correrse del lugar común, nunca caer en lo remanido. Como no podría faltar en un film de esta talentosa directora –recordar El juego de la silla, La novia errante-, el rol de la mujer no es un tema menor, ya que son ellas quienes mueven los hilos en ese patriarcado.

Ana Katz con Francella y Claudia Cantero
Ana Katz se revela como una excelente directora de actores. Con semejante elenco, sabe imponer un tono austero, medido, en el que ninguna de las estrellas reincide en los tics que ya les son propios, cómodos y que tantas satisfacciones les han dado, como reconoció Francella en la conferencia de prensa. Es una agradable sorpresa ver que el capocómico da muestras de versatilidad y soltura en la interpretación de personajes dramáticos. Porque sí, estamos frente a un drama. Como dije al principio, todo apuntaba a la comedia, pero son pocos los momentos en que la risa fluye, por el contrario: cuando parece que viene el chiste, todo se diluye en una sonrisa amarga. Film áspero, triste y emocionante. Como la vida.

Josefina Sartora

No hay comentarios:

Publicar un comentario