26 de julio de 2011




El ruido de las cosas al caer

Juan Gabriel Vásquez

Buenos Aires, Alfaguara, 2011.



Esta es la tercera novela de Juan Gabriel Vásquez, joven escritor colombiano que reside en Barcelona. Recibió con ella el premio Alfaguara, un premio otorgado en los últimos años a algunas novelas excelentes, como El turno del escriba de Graciela Montes y Ema Wolf (2005);  Abril rojo, de Santiago Roncagliolo (2006) o El viajero del siglo de Andrés Neuman (2009).

El ruido de las cosas al caer cuenta en primera persona la vida de un personaje débil de carácter, que no puede superar un trauma sufrido por un atentado que no le estaba dirigido, y que no puede volver a tomar las riendas de su vida. La debilidad del narrador contagia la novela, que se demora en excesos de palabras y situaciones que me parecen prescindibles. De hecho, la novela se cierra con preguntas dubitativas que se hace el protagonista sobre cuáles van a ser sus decisiones en el futuro. Podría ser un final abierto si no fuera que el universo novelesco muestra una realidad cotidiana obliterada por la violencia y el miedo de toda una generación que entra, al final de la década del setenta, en una espiral impredecible debido al tráfico de drogas: “nos preguntamos cómo eran nuestras vidas al momento de aquellos sucesos, casi todos ocurridos durante los años ochenta, que las definieron o las desviaron sin que pudiéramos siquiera darnos cuenta de lo que nos estaba sucediendo”. Un suceso que marca un hito, señalado en la novela, es el asesinato de Rodrigo Lara Bonilla, ministro de Justicia, en 1984, que inicia en Colombia la modalidad del golpe dado por un sicario en moto. El ministro luchaba contra el narcotráfico y fue ejecutado por orden de Pablo Escobar, jefe del Cartel de Medellín. La famosa hacienda Nápoles, fundada por Escobar, es uno de los escenarios de la novela, que comienza con la muerte de un hipopótamo escapado del desperdigado zoológico que era una de las atracciones de la hacienda, en decadencia tras la captura de Escobar (y hoy recuperada por el Estado como parque temático).

El tema del narcotráfico entra tangencialmente en la novela, ya que el narrador es herido cuando un amigo circunstancial es ejecutado por sicarios. Este es el nudo de la narración, ya que desde entonces el narrador se dedica a averiguar quién era ese personaje que marcó su vida, qué pasó realmente y por qué lo mataron. En su búsqueda su vida parece entrar en una vía de superación, cuando el escenario se traslada al interior de Colombia, con lo que se amplía el espacio y el tiempo de la narración, ya que conoce a la hija del amigo asesinado y esta le cuenta su versión de la historia.

El título, El ruido de las cosas al caer, tiene el referente específico de un accidente de aviación y de los ruidos que se escuchan en la grabación de la caja negra recuperada, pero es a la vez una metáfora existencial.

Leda Schiavo

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