28 de agosto de 2011


Viaje de invierno


Alejandro Tantanian


tengo que encontrar el camino yo mismo
en esta oscuridad
Wilhelm Müller, Winterreise

Autor, actor y director teatral, Alejandro Tantanian es uno de los talentos reconocidos de una generación de creativos teatristas argentinos que incluye también a Daulte, Veronese, Spregelburd, Arias, Tolcachir, Muñoz entre otros. Pero este espectáculo hace pensar que la mayor felicidad para Tantanian está en bailar y cantar. Con canciones de variado origen y pelaje, ha desplegado sus bifrontes dotes de autor y actor para armar un espectáculo tan coherente como ecléctico y atractivo. Ya se había presentado Viaje de invierno el año pasado, y ahora regresa viernes y sábados en el teatro El Extranjero.

La formación musical de Tantanian es fecunda, ya que ha puesto en escena varias óperas como regisseur, además de haber escrito otras obras musicales previas a ésta. Posee una voz educada que modula en variados registros, y Diego Penelas colabora una vez más con él en los arreglos, piano y dirección musical, e incluso algunas canciones son de su autoría.

Desde el primer momento, Tantanian juega con el equívoco, con la dialéctica, con el cruce entre la seriedad y el descaro, con la modulación de tonos y el cambio inesperado de climas. Tal vez el primer tema no sea el más adecuado para cautivar la audiencia, que vacila entre tomárselo literalmente o aceptar que se está ante una parodia. Siguen varios temas serios hasta llegar a una versión rock de Milonga triste, de Manzi, un híbrido que constituye un hit, con la batería de Rodrigo Quirós. Completa el conjunto Alfredo Zuccarelli en cello. Ya entrados en calor, Tantanian despliega su show con interpelaciones al público y chistes, donde es tan importante el componente gay como el tema político. Si bien casi todo gira en torno al amor, el repertorio es sorprendentemente ecléctico, como es variado el timbre del conjunto y la voz del cantante: tangos clásicos, algún tema de Vinicius y Chico Buarque, Te amaré de Silvio Rodríguez, Doctor psiquiatra coreado por el público y una entrañable canción de Idea Vilariño y Diego Penelas.

No es menos bizarro el segmento dedicado a las moscas, con varias canciones. Tantanian no le teme a la desmesura. Lo pudimos comprobar en su puesta de Las islas, la obra de Carlos Gamerro sobre el despropósito de Malvinas, puesta que yo disfruté, al parecer, más que muchos colegas. Aquí vuelve a excederse, y el número más arrebatado es el de Love to flies, un delirio de bestialismo y desmesura actoral, extraordinario.

El momento más alto es el de la canción del título, Winterreise, el lied de Franz Schubert que Tantanian-Penelas relacionan en improbable pero exitoso vínculo con El último organito de Manzi, logrando un verdadero hallazgo musical.

Es tal el entusiasmo que despliega en este show, tal la creatividad instantánea que derrocha, tan intensa la entrega, que el público queda imbuido de ese entusiasmo, y acompaña Vuelve primavera festejando la vuelta de Tantanian con este espectáculo imperdible.

Josefina Sartora

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