10 de noviembre de 2011

Festival de Mar del Plata - Segunda nota

Competencia internacional

La Competencia internacional de este año 2011 en el Festival de Mar del Plata tiene un nivel excelente,  tal vez es la mejor que me ha tocado ver. Algunas películas ya las he comentado en la cobertura del Festival de Venecia, donde fueron presentadas por primera vez y ahora llegan aquí, dado que este Festival marplatense ya no está cerrado a títulos vistos en otros festivales. Fausto de Alexander Sokurov, ¡Vivan las antípodas! de Victor Kossakovsky, así como otros films en demás secciones: Life Without a Principle de Johnnie To, Un été brulant de Philippe Garrel, La folie Almayer de Chantal Akerman, todos han sido revisados por lo menos brevemente en aquella oportunidad.

Pero también hemos visto otras películas dignas de mencionar, y a ellas dedico esta nota.



El premio. Dirección y guión: Paula Markovitch. México-Francia-Polonia-Alemania/2011.

Se dice que Markovitch no consiguió financiamiento en Argentina para realizar esta película. Lo logró en México, país donde reside. Una lástima y una paradoja, pues narra de una de las tantas historias de las familias disgregadas por la dictadura. Autobiográfica, por añadidura. Ambientada en San Clemente del Tuyú, allí llegan a refugiarse una joven y su hija de 7 años, escapando de quienes pueden acabar con sus vidas. La información llega  de a poco, porque el film toma el punto de vista de la protagonista, la niñita que va descubriendo la verdad, interpretada por la asombrosa Paula Ganinelli Hertzog, quien se merece el premio a la mejor actriz del Festival.
Un film riguroso, que se ocupa sobre todo de las experiencias de los más chicos en el colegio, suerte de microcosmos donde el régimen forma mentes y actitudes de los sometidos. Donde se valora la delación, donde se ejerce el castigo físico sobre los menores. En ese ambiente les será difícil conseguir la invisibilidad buscada.
El premio es un debut que constituye una lección de cine. Por la densidad de sus atmósferas, por la claustrofobia lograda en esa vivienda precaria junto al mar, por la escena en que madre e hija discuten si la hija debe ir a recibir un premio a manos de los militares, por las actuaciones infantiles. Y la del perro, claro.


Abrir puertas y ventanas. Dirección y guión: Milagros Mumenthaler. Argentina/2011.

Otro excelente film de una directora argentina, ya premiado en el Festival de Locarno. Como en Nosotras sin mamá, pero con más vuelo, Abrir puertas y ventanas de Milagros Mumenthaler gira alrededor de tres hermanas en una casa cerrada. Poco se sabe de la familia: ha muerto la abuela que las ha criado, de los padres casi no se habla, ellas salen de la adolescencia, todas atraviesan un momento de pasaje e iniciación.
Tres óptimas actuaciones dan el clima de intriga, inminencia, inseguridad ante lo que vendrá. La casa como mundo cerrado, conocido y seguro, pero que hay que cambiar. Entre ellas, lo habitual: los celos, las rivalidades, las complicidades. Un film impecable, con algunos momentos brillantes: los acuerdos entre dos, cuando falta la tercera, la amistad con un inquilino joven y deseable, y sobre todo, el momento evocativo, escuchando los viejos discos de la abuela, cuando sin palabras esos cuerpos hablan con elocuente emoción de todo un pasado perdido. El cine argentino tiene otra gran directora.


L´Apollonide – Souvenirs de la maison close. Dirección y guión: Bertrand Bonello. Francia/2011.

Se han visto muchos desnudos femeninos en este Festival: Art History, L´exercice de l´État, Hors Satan, Graba, Without, Un été brûlant, Entanglement, Abrir puertas y ventanas presentan alguno(s). Crazy Horse, el documental de Frederic Wiseman, es un documento del desnudo artístico. Pero L´Apollonide trata los desnudos y semidesnudos con una sensualidad abrumadora. El desnudo, o semi desnudo, se impone como tema fílmico, tratado con una exquisitez pocas veces vista. Film de época, pone en escena crónicas sobre un burdel famoso en el París del fin del siglo XIX, caro y elegante, donde iban los aristócratas de la Belle époque.
Luces tenues, decorados fin de siècle, champán, en un ambiente de lujo, donde cada detalle decorativo de la época está cuidadosamente calculado. Allí los cuerpos de las mujeres se mueven a sus anchas, disfrutando del placer venusino. Un vestuario espectacular, los objetos de buen gusto son los elementos que ayudan al trabajo de esas chicas, en imágenes que recuerdan la pintura post romántica, pre-impresionista. Y la salida al campo parece creada por ambos Renoir, padre e hijo. Si bien ellas reciben en esos fastuosos salones, en esos dormitorios principescos, durante el día duermen sin embargo en el piso superior, compartiendo una pequeña cama, en cuartos alejados de todo placer. Ello anticipa su salida a la calle, que habrá de producirse en el siglo XX.
A pesar de lo que podría parecer, con una mirada superficial, el film no es misógino; hay un respeto por esa profesión, por las necesidades de las mujeres y de esos hombres, y una comprensión por las circunstancias. Incluso es posible que a más de una no nos desagradaría participar de esas noches de orgía sensual.


Graba. Dirección y guión: Sergio Mazza. Argentina/2011

La sensualidad y el placer están ausentes en Graba, lo último de Sergio Mazza, quien ha dejado los ambiente rurales de su anteriores El amarillo y Gallero para pasar a París, nada menos. No sabemos por qué la protagonista ha llegado allí, por qué elige quedarse a esperar esos papeles que muy improbablemente la legalizarían, por qué busca relaciones poco gratificantes, de sexo sin amor y consecuencias lamentables.
La oscuridad impera en todo el film, y no es sólo fotográfica. Con una Belén Blanco que constituye una máscara toda ella. Su deambular por las calles, sin rumbo en tiempos muertos, remeda aquellos de la nouvelle vague ya mucho mejor logrados. Preferíamos al Mazza del campo, donde lograba un mejor tono para crear mundos interesantes. Y sin la misoginia de Graba.


This is not a Film. Dirección y guión: Jafar Panahi y Mojtaba Mirtamasb. Irán/2011.

Uno de los directores de cine iraní más notables de su generación Jafar Panahi (1960) ha sido condenado en Irán durante 2010 a seis años de prisión, y se le ha prohibido hacer cine, escribir guiones y viajar al extranjero durante los próximos veinte años. Al mismo tiempo, su coguionista Mohammad Rasulov y otro cineasta, Mohammad Nourizad, están cumpliendo sendas condenas, todos por protestar ante los abusos del gobierno de Mahmud Ahmadinejad, sobre todo durante y después de las elecciones de 2009, acusadas de fraudulentas.
This is not a Film, realizado en secreto con la colaboración de Mojtaba Mirtamasb y sacado del país clandestinamente, está filmado casi íntegramente en el interior del lujoso departamento donde Panahi sufría arresto a la espera de los resultados de su apelación ante la Corte, el realizador despliega una reflexión sobre el cine y la censura. Dice Panahi que entre todas las prohibiciones que está sufriendo, no le han impedido leer un guión, de manera que narra y mima el guión de su próxima película, sobre una joven encerrada en su cuarto a la cual su familia le impide ingresar a la universidad. Mientras vemos a Panahi ocupar el lugar de la protagonista, resulta dramático pensar que tal vez ese film sólo podrá filmarse dentro de veinte años, o quizá jamás.
El film constituye también una reflexión sobre el cine: rodado por su amigo el documentalista Mirtamasb con una cámara de video, Panahi lo filma a su vez con su teléfono celular, como si de esa manera no estuviera realizando un film. Pero después de encontrar a un estudiante de arte que llega a su casa y lo insta a tomar la cámara, accede a filmarlo con ella y lo sigue hasta la cámara, en un gesto contestatario. ¿Es eso cine? ¿Es éste un film?
Con un ingenioso título magritteano, lo que había comenzado como na película casera deviene un alegato por la libertad, ya que podrán encerrarlo pero nunca coartarán su libertad de pensamiento ni callarán su creatividad.

Josefina Sartora




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