8 de diciembre de 2011

Libros de Susan Sontag

Fotografiada por Henri Cartier Bresson

La obra de Susan Sontag (1933-2004) siempre me ha interesado por su observación de la vida contemporánea. Aquí, algunas reseñas mías de libros de ensayo y su autobiografía publicadas en diversas ediciones de Le Monde Diplomatique.



Sobre la fotografía

Susan Sontag
Buenos Aires, Alfaguara, febrero 2006
288 páginas

En una época que ha gestado el tópico “la civilización de la imagen”, Susan Sontag demostró el interés que sentía por el poder de la misma a través de diferentes manifestaciones, particularmente el cine y la fotografía. En los ´70 publicó una serie de ensayos que sacaron a la fotografía del ámbito exclusivamente artístico o periodístico agregándole una aproximación filosófica, inspirada tanto en el platonismo como en Benjamin. Sontag elabora reflexiones esclarecedoras sobre la imagen fotográfica y el hecho de fotografiar, y analiza las distintas funciones que éste asume en la vida cotidiana. La fotografía puede concebirse como manera de poseer el mundo o como toma de posición en el espacio, como lo son las fotografías turísticas; como documento de la memoria en el retrato de familia o como registro de tipologías humanas. Obsesiva analista de las contradicciones de Estados Unidos, Sontag entiende la fotografía como vehículo de visibilidad de facetas ocultas de la cultura norteamericana y destaca la obra de un canon de fotógrafos famosos que han fotografiado aspectos humanos de su país como vía de comprensión. La fotografía sería así una epifanía reveladora de la íntima realidad norteamericana en la obra de Diane Arbus, Ansel Adams y otros que pusieron en crisis los criterios de evaluación estética y el concepto de lo bello.

Reeditados después de treinta años, se echa de menos una reflexión sobre la revolución digital, pero sus ensayos trascienden el aspecto técnico y profundizan una ontología de la imagen. Reflexiones que retomaría en 2003 al relacionar la fotografía con la muerte en su libro Ante el dolor de los demás.





Cuestión de énfasis

Susan Sontag
Buenos Aires, Alfaguara, febrero 2007
390 páginas

Esta recopilación de escritos publicados durante los veinte años anteriores a su muerte en 2004, vuelve a confirmar que Susan Sontag -a quien poco le era ajeno- ofició de atenta observadora y constructora de la cultura de los últimos cincuenta años. Observadora, porque supo tener el instinto, pero también la capacidad de análisis para descubrir nuevos talentos. Constructora, porque logró instalarlos en el gusto del público, desde su libro de ensayos de 1966, Contra la interpretación, un clásico de la crítica cultural.

Teatro y literatura, ópera y cine, fotografía y pintura, ética y política, la multiplicidad de abordajes de este libro se organiza en tres partes. Entre sus preferencias literarias de la sección “Lecturas” se destaca una carta a Borges, a quien había considerado “el mayor autor vivo”: declaración de admiración por él y lamento por la pérdida del libro en nuestra civilización finisecular. Otro ensayo apocalíptico -sección “Miradas”- resulta el ya famoso sobre la muerte del cine, en el que Sontag hace su duelo por la pérdida de la cinefilia y la mística que generaba la sala a oscuras. Y una vez más, sus observaciones sobre de la fotografía constituyen un lúcido análisis sobre las condiciones sociales y culturales del mundo representado en ellas, y su propio lugar en ese mundo.

El apartado más autobiográfico es “Aquí y allí”, evaluación sobre su tarea como lectora y escritora, su estrecha relación con Europa y evocación de los viajes que realizó a Sarajevo para poner en escena Esperando a Godot en pleno asedio, ocasión en la que practicó con énfasis su compromiso político.




Renacida. Diarios tempranos, 1947-1964. Editados por David Rieff

Susan Sontag
Buenos Aires, Editorial Sudamericana, abril de 2011
312 páginas



Resulta una experiencia esclarecedora leer los diarios íntimos de alguien cuya obra literaria y ensayística conocimos durante el correr de los años, en la cual se nos había revelado como una autoridad en su campo, poseedora de una mente lúcida para el análisis de la cultura y la realidad contemporánea. Leer los diarios de juventud de Susan Sontag significa descubrir un nuevo personaje, adentrarse en la intimidad nunca antes revelada de una figura que cuidó la fuerza de su imagen pública preservando su vulnerabilidad privada. Con dieciséis años, da evidencias precoces de su avidez intelectual, al tiempo que descubre su homosexualidad. Dos temas a los que eludió referirse durante toda su vida pública, pero que en su intimidad practicó intensamente, entre el placer y la culpa. Sus diarios son anotaciones libérrimas, desprolijas y muy francas sobre esas experiencias sexuales, que ocupan buena parte del volumen y muestran su dependencia afectiva. Pero Sontag pasa sin orden de recordar el orgasmo de la noche anterior a elaborar numerosas listas: libros por leer o comprar, películas que vio en la semana, palabras o frases, en inglés y otros idiomas, y su significado, o comentarios sobre sus lecturas. Sontag siempre trabajó en la construcción de su persona, intelectual y física, y estos diarios registran ese trabajo interior más que su producción intelectual: poco lugar ocupan las notas sobre los ensayos que estaba elaborando o sobre sus clases en distintas universidades.

El lector se pregunta inevitablemente cuáles han sido las razones profundas para que su hijo David Rieff haya vencido sus propias resistencias a publicar estos diarios, que ella ocultaba y ahora provocan cierto voyeurismo.

Josefina Sartora


No hay comentarios:

Publicar un comentario