2 de febrero de 2012

In mezzo del camin della mia vita

Los descendientes (The Descendants)

Dirección: Alexander Payne

Estado Unidos/2011



El título de este último film de Alexander Payne alude a un grupo de ricos hombres de Hawaii que han heredado unas tierras vírgenes -10.000 hectáreas- que llegaron a ellos tras varias generaciones, y provienen de la unión de una nativa terrateniente con un europeo inteligente. Como la (molesta) voz en off de Matt King, el protagonista, se ocupa de aclarar desde el principio, los millonarios de Hawaii no son como los del continente: visten ropas informales –esas horribles camisas floreadas, bermudas y ojotas, o van descalzos- y viven rodeados de ambientes kitsch con profusión de flores exuberantes y multicolores y música dulce. Sin embargo, su vida no es más fácil que en otros lugares: el protagonista también nos informa en la apertura que debe lidiar con una esposa en coma irreversible, dos hijas de quienes nunca se ha ocupado y la decisión sobre esas tierras, cuya venta afectará la vida de los habitantes de la isla. Para colmo, en seguida sabemos que la mujer estaba teniendo un affair en momentos en que tuvo un accidente mortal. El hombre pondrá todo su empeño en organizar una buena despedida para su esposa: de parte de su familia, de sus amigos y de su amante. Lo curioso consiste en que su hija adolescente es quien lo pone en autos sobre la infidelidad de su esposa, y ella se involucra con su padre en la búsqueda de ese tercero en discordia, arrastrando con ellos a la hija menor de 10 años y un amigo algo idiota. Son estos ya otro grupo de descendientes, y de todas esas relaciones familiares trata el film. Payne habla de seres corrientes, con sus problemas, pero sobre todo de cómo hacerse cargo de lo propio, cómo sobrellevar distintas facetas del dolor, una muerte próxima, y las consecuencias que ese paso trae en los demás.

La crítica más reiterada que se le hace a Los descendientes es que su guión tiene cada elemento calculado, que toda reacción y sentimiento del público están motivados de antemano, y se desencadenan en consecuencia, movidos por la batuta del director. Es verdad. Sin embargo, hay que reconocer que Payne sabe manejar muy bien esa combinación de melodrama con momentos de comedia y de sátira, y George Clooney transmite el estado de confusión, pesar, indecisión, rencor y buena voluntad en que se ve inmerso y que lo sobrepasa. Y por una vez, no luce su habitual apariencia perfecta de americano modelo, sino que lo vemos desprolijo, sucio, transpirado y sin afeitar, y su andar es cualquier cosa menos elegante. Imposible no recordar el Jack Nicholson de Las confesiones del señor Schmidt, que con Entre copas y Los descendientes constituyen una trilogía sobre la crisis de insatisfacción de los hombres en sus cincuenta años –los anteriores protagonistas bastante antipáticos, pero con más matices que Matt King-, vistos con cierta disimulada misantropía, que bordea la caricatura.

Más allá de la performance de Clooney –ganador del Globo de Oro y firme candidato al Oscar- alrededor del cual gira el film, resulta muy interesante su galería de personajes secundarios. Shailene Woodley compone con excelencia a esa chica de 17 años que, si bien se permite drogarse, alcoholizarse y salir con hombres mayores, no tolera que su madre haya engañado a su padre. También Judy Greer como la esposa del amante tiene una buena escena, Beau Bridges la suya, y Nick Krause, el amigo adolescente, sabe hacer crecer a su personaje. Pero el triunfo es para Robert Forster, aquel veterano que hemos visto como detective o pistolero y que vuelve con un personaje odioso, en el padre de la mujer agonizante, con dos momentos brillantes: cuando responde a las burlas del amigo de su nieta y en sus reproches al yerno.

Basada en una novela de la hawaiana Kaui Hart Hemming, quien parece conocer bastante sobre las clases sociales de sus islas, la película está nominada al Oscar como mejor film, director, actor principal y guión adaptado. Un exceso. Tal vez la Academia quiera premiar sus buenas intenciones, su conservadurismo, su proclamado humanismo.

Josefina Sartora

1 comentario:

  1. María (Palermo)02 febrero, 2012

    Buenísima la crítica, como siempre Josefina!!! La película da deseos de verla, primero por Clooney, 2do. por ver cómo es Hawai y por último la historia parece interesante.
    Gracias
    María de Palermo

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