17 de febrero de 2012

Los unos y los otros: Oscar y Hermes

El artista (The Artist)
Dirección y guión: Michel Hazanavicius
Francia-Bélgica/2011



Yatasto
Dirección: Hermes Paralluelo
Argentina/2011


En esos días la cartelera está radicalmente oscarizada: las distribuidoras programan el estreno de todas las películas compradas que tienen alguna candidatura al Oscar, cuando no varias. Así, dominan la taquilla varios títulos a los que ya nos hemos dedicado en Claroscuros.


Y sin embargo. Los criterios de la Academia –conformada por miles de miembros con distintas actividades en la industria, que votan según las tendencias del Hollywood del momento- no suelen seguir la misma valoración que tenemos en Claroscuros. No compartimos el entusiasmo de la Academia por Secretos de Estado ni por Hugo, y mucho menos aun por El artista, todos ellos con varias nominaciones. El film de Michel Hazanavicius es de una chatura y estrechez que se mantienen durante toda su extensión, sin lograr levantar vuelo más que en un solo momento, el del abrazo que se prodiga Berenice Bejo. Lo curioso es que el film se pretende como un homenaje al cine mudo, un film del siglo XXI –muy postmoderno, claro- realizado como si, con las técnicas de rodaje, actuación, montaje propias del cine silente, con homenajes explícitos a Rodolfo Valentino, los estudios Warner, el cine de Chaplin, y que debería ser el deleite de los cinéfilos. Sin embargo, los fanáticos del cine disfrutamos –creo no equivocarme al hablar en plural- mucho más viendo aquellas películas de los años 20, con las estrellas citadas y tantas otras olvidadas (ocasión para mencionar a Lilian Gish y los Barrymore, por ejemplo) que viendo el remedo que constituye El artista.


Felizmente, la cartelera no termina en el Oscar. Existe también el lado oscuro de la luna: en simultáneo con El artista se estrena Yatasto, un documental argentino totalmente vivo, poseedor de esa vitalidad que le falta a aquel film de los brillos aparentes. Lo vimos por primera vez en el Bafici de 2011, y ahora llega su estreno, con muy bajo perfil lamentablemente, en el cine Gaumont. Vuelvo sobre los comentarios que entonces hiciera:

No estamos ante un documental más sobre cartoneros, como hubiera podido pensarse. Esta opera prima constituye un muy cuidado trabajo de ensayo sobre ese grupo social –en este caso en el barrio de Villa Urquiza, una zona poblada de desechos en la ciudad de Córdoba-, con una elaborada puesta en escena de cada momento, cada cuadro de la vida de dos chicos que se inician en el oficio. Bebo y Ricardo conducen un carro de caballo por las calles de Córdoba y la cámara es testigo de sus charlas y situaciones de vida cotidiana. Pero no un testigo cualquiera: su ubicación radica siempre en un sitio privilegiado, casi mágico, que le permite lograr en planos fijos imágenes notables, podría decirse demasiado bellas, tal vez, pero no puedo acusarla de estetizar la miseria. Porque aquí no la hay: los personajes viven con dignidad su carácter de trabajadores, los chicos aprenden un oficio, enseñanza que reciben de la abuela, pionera en la tarea de “juntar para ganar plata”. Ella es la jefa de ese hogar donde Bebo y su hermana lamentan la ausencia de la madre, el alcoholismo del padre, en conversaciones tan naturales y espontáneas que el espectador se pregunta en qué medida siguen alguna consigna.

Hay en Yatasto (es el nombre del caballo) un extraordinario trabajo con el espacio, la forma y el color, en esos lugares de detritus y un sabio uso de la luz natural. Magníficas todas las tomas de los caballos que ama Ricardito, las de amasijos de hierros, y sobre todo, las de esos pequeños carreros que la cámara toma casi en primer plano, mientras hablan un dialecto que, por suerte, viene con subtítulos.

Con De caravana y ahora con Yatasto, comprobamos que el cine argentino no se limita a Buenos Aires. También se hace en Córdoba.

Josefina Sartora

1 comentario:

  1. Hola Josefina
    Por lo que contás la película no tiene nada que ver con la historica posta de Yatasto en Salta.Tus comentarios me dan entusiasmo para ir a verla. No sé nada del director...es argentino?
    En cuanto a Hugo a mí me emocionó, estuve pendiente durante toda la película. La posibilidad de verla en 3D me produjo una sensación parecida a aquella que sentí cuando de chica mi tío me trajo desde mi pueblo natal a ver una película en cinerama...Merece premios!!!
    Con respecto a El artista... coincido contigo. Creo que es una película diferente, por momentos pesada y aburrida, sobre todo al principio.
    Gracias por tus valiosos comentarios.
    María de Palermo

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