29 de febrero de 2012

Volviendo a los clásicos

Drive. Acción a máxima velocidad (Drive)

Dirección: Nicolas Winding Refn

Estados Unidos/2011.



Desconcierto inicial: lo que promete ser un film comercial de corridas de autos y persecuciones modula hacia el thriller y más tarde, el melodrama. Con mucho de romanticismo. Para ello está allí Ryan Gosling, con su variedad de registros: da muestras de su pericia para ser un conductor profesional, tanto como mecánico, o ante las cámaras como doble de riesgo, como en asaltos que organizan las bandas mafiosas. Un samurai inescrutable al mejor estilo de tantos asesinos profesionales que ha dado el cine. Pero su voz se transforma, adquiere tonalidades cálidas cuando conoce a su vecina y su hijo. Carey Mulligan puede ablandar al corazón más duro, y el de este solitario sin nombre será ganado por ella. La entrega a esta nueva familia será un umbral que no tiene regreso, y claro, todo derivará hacia conflictos irreversibles.  


El film se apoya en lo que sucede en el mundo masculino. Si Albert Brooks tiene la oportunidad de brillar en varias escenas, personificando el mal, Carey Mulligan está desaprovechada en un personaje desdibujado, y la otra gran actriz, Cristina Hendricks, lamentablemente tiene sólo un pase fugaz.

Mucho de lo que muestra Drive puede resultar conocido. La eterna tensión entre el mundo masculino melancólico y violento y el femenino receptivo y sensible, las carreras por las calles de Los Ángeles, los códigos del cine negro clásico, la búsqueda de redención. Y homenajes a directores puntuales: Robert Hill, Jean-Pierre Melville, Clint Eastwood, etc. La cinefilia del director danés Nicolas Winding Refn es evidente en sus muchos homenajes al western, al cine negro, a los films de gangsters, que incluyen la presencia de los inefables Albert Brooks y Ron Perlman. La sombra de Tarantino con su ejemplo sobrevuela todo el film. El director, quien ganó la Palma de Oro en Cannes con Drive, sabe dosificar los elementos –como en la perturbadora escena en el ascensor- y tratarlos estéticamente.

Josefina Sartora

No hay comentarios:

Publicar un comentario