9 de abril de 2012

Empieza el 14 BAFICI. Adelantos

Constituido uno de los bastiones de la resistencia, donde el público todavía acude apasionadamente a ver películas en fílmico, aquellas que las políticas de distribución impedirán estrenar y otras más, empieza el Bafici en su 14ª edición. Su director Sergio Wolf y un equipo de programadores han seleccionado 449 títulos, entre largos y cortos, lo que obliga a una estudiada selección a la hora de querer cubrir algo de ese vasto panorama.
Hay citas obligadas, como los nuevos films de directores ya consagrados, exhibidos en las secciones Panorama y Trayectorias: Werner Herzog, Miguel Gomes, Guy Maddin, Raúl Ruiz, James Benning, Raúl Perrone, Guy Maddin, So Yong Kim, Bruno Dumont. Por supuesto, habrá que ver las competencias: Internacional, Argentina y Cine del futuro y algo de los Focos.
El BAFICI tradicionalmente ha constituido la ventana del cine argentino, para conocer lo más nuevo. Por ese motivo hay mucha expectativa ante lo que va a presentarse allí, en primera proyección mundial. Tenemos mucho interés en las nuevas realizaciones de Inés de Oliveira César, Gastón Solnicki, Gustavo Fontán, Gonzalo Castro y Celina Murga. Y la posibilidad de conocer nuevos realizadores.
Por otro lado, somos muchos quienes lamentamos –sin haberla visto aún- la no inclusión en el Bafici de la última película de Nicolás Prividera, Tierra de los padres, sin que sepamos las razones del rechazo. “Una de las películas más radicales del cine argentino”, en palabras de nuestro amigo y colaborador Jorge García, una mirada muy crítica sobre la historia argentina, debió ser presentada en el Bafici. Más allá de preferencias estéticas o posiciones políticas, el Bafici era el lugar natural para verla y discutirla. Sobre todo si tenemos en cuenta que se incluyeron casi 50 títulos argentinos.

Adelantos
Se presentan ciertas películas que ya hemos visto, por lo cual ya podemos adelantar un Pre-Bafici:
Il sorriso del capo. Marco Bechis. Italia/2011.
Con la enorme Autobiografía de Nicolau Ceaucescu, parece haberse instalado el subgénero de documental montado exclusivamente con films de archivo, películas que revisan una época histórica desde la mirada de sus contemporáneos. Así, Marco Bechis armó el suyo con registros del noticiero del Instituto Luce, sobre la figura pública de Benito Mussolini y el triunfo del fascismo en Italia. El discurso del Duce está alternado con logros del país en esos momentos, y propaganda del régimen. Ante la pomposa gestualidad del Duce ante las masas, son interesantes las reflexiones del narrador, padre del director: “ahora Mussolini nos parece Chaplin, pero entonces, no me pregunten por qué, él me convenció”.
Un caso similar lo constituye Fantasía lusitana. Joâo Canijo, Portugal/2010.
El Bafici dedica un Foco a Joâo Canijo, ascendente director portugués que trabajara con Wim Wenders, interesado en mostrar la realidad social de su país. Fantasía lusitana es un documental impecable y elocuente producido exclusivamente con films de archivo, sobre los regímenes fascistas en Portugal. Mientras voces oficiales ponen el acento en el valor de los gobernantes que mantuvieron al país al margen de la Segunda Guerra, la propaganda nazi, las cruces esvásticas, la presencia de Franco proclaman lo contrario. Documental sobre las contradicciones de un país colmado de fantasías, combina loas oficiales a Salazar con el elogio de la cebolla y testimonios de exiliados y refugiados de guerra que por allí pasaron, en las voces de Hanna Schygulla y Rüdiger Vogler.

Low Life. Nicolas Klotz, Francia/2011.
Mucho más interesante que los dilemas de la juventud francesa, expuestos en su primera parte, son los de los inmigrantes en una ciudad cualquiera de Francia, a los cuales se dedica el resto del film de Klotz y su mujer y guionista Elizabeth Perceval, quienes ya habían abordado el tema en Paria y la extraordinaria La blessure.
Klotz está dedicado a denunciar las calamidades de su sociedad, en momentos en que en Francia y toda la Europa occidental se agudizan los problemas de discriminación, exclusión y agresión a los inmigrantes, desempleados, a los sin hogar y a todos quienes no se ajustan al sistema. En la Francia de Sarkozy, se vive un sistema de vigilancia y control del cual nadie está exento, que conoce los movimientos de todos los habitantes, ciudadanos sitiados. El sistema deviene cada día más expulsivo con quienes llegan de Africa y Asia, aunque los jóvenes locales se identifiquen con su causa. La única salida parece ser el sueño, la low life, ese espacio que los iguala.
Film seco y duro, con demasiado peso en la palabra, se desarrolla en espacios cerrados hasta la claustrofobia; fotografiado estupendamente en claroscuros que no sólo aluden al color de la piel.

Everybody in our Family. Radu Jude, Rumania-Holanda/2012.
Muy distinta es la película de Radu Jude, quien aborda uno de los temas habituales del nuevo cine rumano: las relaciones familiares, trazadas con inteligencia y una tensión creciente. El film está estructurado con un prólogo que presenta al protagonista en muy pocos trazos, un primer acto que anticipa el segundo, y un epílogo.
Un padre divorciado va en busca de su hija de 5 años para pasar con ella su único fin de semana mensual, y encuentra resistencias en casa de su mujer. La situación deriva hacia la violencia, hasta que se traspasan todos los límites de la convivencia. Como en su opera prima La chica más feliz del mundo, la acción transcurre en muy pocas horas y locaciones, con una cámara en mano agitada y la creciente sensación de claustrofobia en el estrecho departamento, donde se ejercen distintos tipos de violencia doméstica. Como es frecuente en el cine rumano, los actores son excelentes, y la chiquita, excepcional. Intensa, brutal, se establecen en la película juegos de poder y humillación por ambos bandos.
El cine rumano no era una moda.
Whore´s Glory. Michael Glawogger, Austria/2011.
Notable documental que ganó en la sección Orizzonti en Venecia, podría decirse la contratara de L´Apollonide-Souvenirs de la maison close, estupendo film de ficción de Bertrand Bonello al que ya me he referido durante la cobertura del Festival de Mar del Plata, que también se verá aquí. El austriaco Glawogger realiza un largo registro de las prostitutas en tres ciudades, de Indonesia, Bangladesh y México, que constituyen tres círculos cerrados. Las mujeres trabajan en distintas condiciones: en Bangkok están expuestas en una vidriera, para discusión y selección de los clientes, donde el trato es más distante y comercial, como verdadera mercadería; en La Ciudad de la Alegría de Faridpur las prostitutas reciben a los hombres en habitaciones de viviendas colectivas, donde llegan niñas para ser vendidas y aprender el oficio, de jóvenes madamas; y en La Zona de Reinosa –en la tabla más dura del tríptico- trabajan en cuartos numerados donde sexo, dinero, religión y superstición están unidos inextricablemente.
Presentados como mundos cerrados, esos espacios parecen no tener salida. Si bien se coincide en creer que es una necesidad social, el film deja de lado conceptos preestablecidos sobre la prostitución, sin un gesto de juicio sobre esas mujeres que no están presentadas como víctimas –tampoco los hombres son aquí los victimarios- sino como trabajadoras.
The Day He Arrives. Hong Sang-soo, Corea/2011.
Hong vuelve a hacer lo mejor que sabe: nuevamente su protagonista es un director de cine, esta vez de visita en Seúl, desde su casa en el campo, en una pausa en su carrera. Se encuentra con una ex novia, después con un amigo y beben y comen y hablan. La peculiaridad es que Hong reitera una escena contada 3 veces de distintas maneras: van a un bar y la cámara los toma siempre desde el mismo lugar, pero la incorpora un nuevo personaje, que cuestiona al protagonista. No está contada desde distintos p de vista, ni entendí el por qué de las 3 versiones, como no sea con un fin experimental.
Por último, reitero lo que escribí durante el Festival de Venecia sobre dos films argentinos: por un lado, Mauro Andrizzi, en sociedad con el sueco Marcus Lindeen, volvió a sorprender con su caudal inagotable de historias en Accidentes gloriosos. Con fotografía en blanco y negro, presenta nueve historias o momentos entre narrativo-reflexivos, con la voz en off de Cristina Banegas relatando cada uno. La idea de más peso es la del accidente automovilístico como obra de arte instantánea, como esculturas realizadas en un momento, que mezclan hierro, vidrios, sangre. Varios momento están dedicados a ese tema, con muy bellas fotografías de coches chocados. Sin embargo, la película no se limita a ese único tema, sino que contiene otros relatos: el caso de un hombre que recibe un corazón de mujer en un transplante y siente nacer su sentido artístico, la curiosa asociación entre una cabra y una vaca, la búsqueda del mejor chupapijas anónimo, una partida de billar, etc. El film experimenta con el desencuentro o no correlación entre la voz y la imagen, lo cual crea un especial efecto de extrañamiento. Andrizzi es ya un niño mimado en la Mostra. En 2010 En el futuro ganó allí el León Queer, y este año Accidentes gloriosos mereció el premio al mejor mediometraje en la sección Orizzonti, cuyo jurado estuvo presidido por Jia Zhang-ke. Andrizzi parece hacer la carrera hacia el León de Oro.
Nocturnos, de Edgardo Cozarinsky, es otro bello film, en el que el director vuelve sobre un tema caro a su cine: la noche porteña. Suerte de poema cinematográfico, el film presenta una ficción mínima de amores frustrados y una impronta fuertemente documental, que Cozarinsky siempre maneja muy bien. Hay gente del día y otra de la noche, dice el personaje de Marta Lubos en un momento. Tanto los personajes reales como ficticios son aquí criaturas nocturnas, que deambulan por una Buenos Aires magníficamente fotografiada por Emiliano Cativa en sus oscuridades, sus rincones reservados, sus calles con una vida marginal, mientras se oyen poemas a la noche y la muy climática música de Ulises Conti. Al final, en una escena diurna, la luminosa mirada de la poeta Diana Bellessi y su apelación a la memoria indica que no todo acaba en el transcurrir de la noche.
Josefina Sartora

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