15 de agosto de 2012

La combinación de las artes


El molino y la cruz
Dirección: Lech Majewski
Guión: Michael Francis Gibson, Lech Majewski
Polonia-Suecia/2011

Peter Brueghel, El camino al calvario


 
Película inclasificable, de El molino y la cruz puede decirse que es un ensayo cinematográfico, una instalación fílmica, una elaboración cinematográfica de una pintura célebre, un film de experimentación con la imagen. En su cuadro El camino al calvario (1564), Peter Brueghel pintó en 1,24 x 1,70 m un cúmulo de relatos en los que participan unos 500 personajes. Dominado por un peñasco coronado por el molino, el paisaje muestra el camino de Jesús con la cruz, que ocupa el centro del cuadro, rodeado de distintas escenas donde se pasean grupos de campesinos, niños, jinetes, con la presencia oscura y ominosa de los soldados de la ocupación española en Flandes y de algunos cuervos. En primer plano, dispuestas a la manera gótica, en una Pietà anticipada, María es consolada por los discípulos, y al fondo, en lo alto, un aro de muchedumbre rodea el espacio donde tendrá lugar la crucifixión.

El polaco Lech Majewski, quien ya había trabajado con El jardín de las delicias de Jeronimus Bosch, recrea cinematográficamente esas escenas, imaginando historias. Casi sin recurrir al diálogo, sólo algunos con signos de los tiempos que transcurren, pinta la vida de quienes aparecen en el lienzo. En primer lugar, da cuerpo a Brueghel en el actor Rutger Hauer, quien sorprende en un rol muy distante de sus habituales personajes de acción. Junto a él, Michael York como el coleccionista y mecenas que tiene a su cargo el lamento por la presencia española en su tierra. Completa el elenco de celebridades Charlotte Rampling como la virgen María, quien no dice palabra en todo el film.



Deconstrucción iconográfica, también suerte de teatro filmado, el film presenta viñetas de la vida cotidiana de esos personajes de la tela, recreando la atmósfera del siglo XVI. La recreación, absolutamente visual, es muy pictórica, porque combina imágenes realistas con otras bidimensionales, con telones pintados, propias de la pintura. O de la fotografía, ya que este film a puro efecto visual es la combinación de todas esas artes.

Sin dejar de lado el aspecto político, con la crítica al brutal colonialismo y a la Inquisición, lo anecdótico o dramático ocupa con ellos un segundo lugar, menos logrado que el espectáculo visual, atractivo y fascinante.

Josefina Sartora

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