Es este
un año muy detonante para Romina Paula, de gran exposición en el aspecto
profesional. Quien muchos consideramos una de las creadoras más lúcidas en la
escena teatral ha ganado últimamente una presencia destacada en sus variados roles.
Ya me he referido a su actuación como actriz en Viola, la última película
del también joven y talentoso Matías Piñeiro. Decía entonces, refiriéndome a la
luminosidad de ese film tan peculiar, que indaga el universo femenino: ese
momento casi mágico, cuando interviene Romina Paula en una escena en el
interior de un coche.
Porque físicamente, Romina Paula posee una presencia relevante, un magnetismo y
un encanto que roban la atención, y se ganan la pantalla. Pero además de
actriz, ella es escritora: narradora y dramaturga, además de directora de sus
propias obras.
Paula pertenece a
un grupo generacional de artistas que combinan teatro, cine y literatura, entre
quienes se encuentran Piñeiro, Alberto Ajaka, María Villar, Esteban Bigliardi Alejo
Moguillansky, Esteban Lamothe, Santiago Mitre, Agustina Muñoz, Elisa Carricajo
y otros. En Viola, las mujeres ensayan Noche de Reyes, de Shakespeare,
fundiendo teatro y cine, ficción y realidad.
Con los actores Bigliardi,
Pilar Gamboa, Rafael Ferro y Susana Pampín está presentando su última obra de
teatro, Fauna, que se estrenó en el Centro Cultural San Martín y ahora
se presenta en el Espacio Callejón. Fauna se basa en la historia de un
personaje supuestamente mítico de la Mesopotamia, Fauna, una mujer con
inquietudes literarias que vestía como hombre para entrar en los círculos
exclusivamente masculinos. Un cineasta quiere hacer una película sobre esa mujer
y visita a los hijos con su actriz, para programar su obra. Ya están
presentados los temas de esta pieza teatral, eminentemente las diferencias
entre lo femenino y masculino (“¿Por qué
una mujer no puede tener un hijo lejos de su cuerpo, un hijo sin enterarse? …
¿Cómo hago para ser actriz y trabajar con mi cuerpo y además ser madre, cómo
hago?” dice la actriz.) También
explora los difusos límites entre realidad y ficción, o por lo menos, cómo
construir esta última, y los distintos abordajes a una biografía. No menos
importante es un tópico muy caro a la tradición literaria argentina: el
enfrentamiento entre campo y naturaleza por un lado y ciudad y cultura por
otro. Y en el cruce entre teatro y cine, agrega la puesta en abismo: en la obra
de teatro, los actores ensayan escenas para una película, con varones y mujeres
interpretando a la protagonista. La obra deja de lado toda certeza, está
abierta a las distintas posibilidades, el espectador será quien las determine,
si lo necesita. No faltan citas
literarias, referencias poéticas en esta obra sobre (de) una lectora voraz. Y
lo más notable, el tratamiento al tema del amor: todos los personajes terminan
enamorados en un cruzamiento que no reconoce límites de género ni de
identidades.
Especial mención
merece el espacio creado por Alicia Leloutre y Matías Sendón para la puesta,
suerte de ámbito abierto, ambiguo y abstracto, mezcla de vivienda y naturaleza,
de campo salvaje y set de filmación.
En simultáneo, la
exquisita editorial Entropía, que dirige nuestro amigo Gonzalo Castro –otro
artista que combina cine y literatura- acaba de publicar un volumen con las
últimas tres obras para teatro de Romina Paula: la actual Fauna, Algo
de ruido hace (2007) y El tiempo todo entero (2010), que viéramos
presentadas oportunamente también en el Callejón por la compañía El Silencio,
que forman Paula, Bigliardi, Gamboa, Pampín y Esteban Lamothe. Todas, como Fauna,
con dirección de Paula.
Puede comprobarse
allí la continuidad en la obra de esta escritora: la familia en sus distintas
posibilidades de voracidad, el encierro familiar, la asfixia, la presencia
del(os) extraño(s) que desarticula(n) una conjunción endogámica, las
referencias literarias: Rilke, Calderón, Shakespeare y Arlt impulsan Fauna;
Tennessee Williams gesta lejanamente en El zoo de cristal el encierro de la
protagonista de El tiempo todo entero, y los hermanos huérfanos que enfrentan a
la extraña en Algo de ruido hace operan en espejo con el cuento La
intrusa de Borges, citado explícitamente. Romina Paula –y todo su equipo,
que se muestra compenetrado con su obra- elaboran esos tópicos y lo bajan a la
cotidianeidad, y al hecho teatral, prístino, inmediato y posible.
Leyendo en
secuencia estas obras, es evidente que Fauna significa un salto
cualitativo, un giro en profundidad para reflexionar sobre la relación del arte
y la vida cotidiana, el lugar del arte frente a la muerte, y sobre la
construcción de la obra artística, hoy un tema muy actualizado en el ámbito
teatral.
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