La ley del más
fuerte (Out of the Furnace)
Dirección:
Scott Cooper
Guión: Scott
Cooper y Brad Igelsby
Estados Unidos/2013
El
título que le han adjudicado a esta película en Argentina puede generar confusión
con el film homónimo de Fassbinder, con el cual no tiene puntos en común. El
vínculo estrecho de Out of the Furnace existe con El francotirador, de
Michael Cimino, de la cual constituye una suerte de puesta al día, un drama post
Irak en lugar de Vietnam, cuyos veteranos alterados pelean a puño limpio a
morir como aquellos jugaban a la ruleta rusa. También como en El
francotirador, el protagonista Russell (Christian Bale) trabaja en una
acería de Pennsylvania, en un pueblo del patio trasero norteamericano, y su
hermano es el veterano Rodney (brillante Casey Affleck), quien ha regresado
marcado por lo que ha visto y debido llevar a cabo durante 3 servicios en Irak.
También aquí todos son cazadores de ciervos.
En un
principio, al regreso de Rodney de la guerra, ambos hermanos sostienen una
relación muy estrecha y cuidan de su padre moribundo, acompañados por su tío
(el gran Sam Shepard). Esa confraternidad solidaria entre hombres sólo cuenta
con una presencia femenina, la novia negra de Russell. Si bien la vida no les
es fácil, lo que sobreviene después hará que parezca un paraíso perdido:
accidente, prisión, muertes, deudas, mafia. Las cosas devienen muy violentas
cuando Rodney se involucra con dos pesados, en el cuerpo de dos actores
estupendos: William Defoe y Woody Harrelson, éste último genial en su
composición del villano de pueblo oscuro con cabaña en el bosque. Tan oscuro
como la fotografía de Tasanobu Takayanagui, quien viene a confirmar el ojo de
los japoneses para la cámara. También Bale demuestra aquí su sensibilidad para
presentar a ese personaje tan rico, noble y tierno pero decidido. Y en segundo
rango de este cast de primera, pero con actuaciones no menos excelentes,
acompañan Forrest Whitaker y Zoe Saldana, quien comparte con Bale una de las
mejores escenas del film, la del reencuentro.
Scott Cooper es el director de Loco
corazón, también un cuadro de situación en la América profunda. Conduce
esta tragedia con toques y momentos de intensidad, y logra todas
interpretaciones brillantes, en el punto más alto del film. Pero abusa del
montaje paralelo que manipula (y mal) al espectador para narrar las peripecias
de ambos hermanos. Porque la película no es pareja: tiene unas escenas excelentes
y otros momentos cuando parece perder su rumbo. La pintura que Cooper realiza de
la sociedad (norte)americana post industrial es precisa, vívida, y tan brutal
como la realidad misma. El furnace
del título significa literalmente la caldera, o el horno de fundición, pero
también funciona como metáfora de ese ambiente donde se cocinan a fuego vivo
las pasiones más peligrosas, las guerras personales, el odio y la venganza. Scott
confía en la elocuencia de la imagen, y no sobrecarga con información -al
contrario del cine mainstream
americano-: el espectador debe dejarse llevar por la acción y las imágenes que irán dando los
datos a medida que la acción avanza.
La
música mágica de Pearl Jam abre y cierra esta historia de perdedores y de
hermandad, tema frecuente en el cine de Hollywood. El otro viejo tema –y aquí
el film cae en clichés o lugares comunes- es el conflicto entre justicia y
venganza, encarnado en dos hombres, no casualmente enamorados de la misma
mujer.
Josefina
Sartora
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