6 de junio de 2014

Asterisco, un festival diferente


Albertina Carri es una artista llena de sorpresas. Si como directora de cine sus películas constituyen una cachetada al sistema burgués y patriarcal, su combatividad en el terreno de los derechos humanos ha adquirido una nueva faceta al organizar y dirigir el Festival Asterisco, dedicado a la temática lgbtiq (lesbianas, gays, bi, trans, intersexuales, queers). Unas cien películas de variado origen, documentales, de ficción, cortos y largos, todas referidas a estos temas. Con Carri colaboraron para la programación los célebres Fernando Martín Peña y Diego Trerotola. Primera versión de un festival que celebra una suerte de subgénero nuevo, cada día más fructífero.

La apertura fue con Of Girls and Horses (2014), de la prolífica, combativa alemana Monika Treut, jurado del Festival Asterisco, el cual le dedica un Foco. Luminoso film hecho a pura sensualidad, entre las chicas que aman a los caballos, y se aman entre ellas. Con una sutil sensibilidad para captar la naturaleza, los espacios abiertos y la tristeza que rezuman sus personajes, la obra de Treut impele a ver el resto de su filmografía.

No podía estar ausente el adalid del cine gay en Alemania, el letón Rosa con Praunheim, cuyas sus películas hemos podido ver en festivales, en el Goethe o en dvd, porque nunca han tenido estreno comercial en Argentina. Cuando cumplió 70 años, en 2012, filmó varios cortos documentales que resultan retratos de personas colocadas al margen de las convenciones. Vi Cunt Month March sobre una activista que reivindica y celebra el lugar de la concha y el clítoris en la sexualidad, la educación y el comercio, frente al predominio del pene. Otro fue How to Catch Films, retrato de Wieland Speck, actor y director de cine, hoy influyente programador de la sección Panorama del Festival de Berlín, quien se refiere a la importancia y la necesidad de este nuevo género de películas. Speck fue galardonado por el también gay alcalde de Berlín.

Tampoco podía faltar algo de Werner Schroeter, y es un acierto presentar su documental De la Argentina (1985), que el colega Alejandro Ricagno contextualizó para aquellos olvidadizos, o para los jóvenes que no supieron de la presencia de Schroeter en Buenos Aires en 1983, cuando vino a dictar un seminario en el Goethe y debió salir del país acosado por las amenazar que recayeron sobre sus colaboradores. Es que Schroeter había tocado un puntos sensible a la dictadura: los grupos carenciados y la gente que trabajaba por ellos. Años más tarde regresó, habiendo realizado este registro de la situación post dictadura, con el énfasis en la desaparición de personas y la colaboración de iglesia y periodismo. Pasan por la cámara los testimonios de muchos conocidos, casi nunca identificados: Sábato, Aleandro, Fernández Meijide, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, los hijos de Haroldo Conti y Rodolfo Walsh, Libertad Leblanc en el rol de la Eva glamorosa. Fernando Noy y Paco Jamandreu dedican sus relatos a la realidad gay durante la dictadura. Valioso testimonio de un cambio de época, que muestra las heridas entonces muy frescas, que hoy continúan abiertas, sin cura posible hasta que no se (re)conozca toda la verdad.

Pero no todo es alemán: Opium (2013), de la  francesa Arielle Dombasle –actriz de Rohmer y Polanski- evoca los amores de otro ícono gay, Jean Cocteau, con el muy joven escritor Raymond Radiguet en los ´20. Un film exquisito, barroco, con impecable recreación de época, y algo de oscuro viaje alucinatorio, ya que Cocteau se abandonó al opio después de la temprana muerte de su amante. Con Grégoire Colin, Marisa Berenson, Julie Depardieu, Valérie Donzelli, Samuel Mercer, el film tiene momentos musicales, reproduce dibujos del artista y algunos fragmentos de los films que realizaría posteriormente, con inclusión de un homenaje (no tan) velado a Visconti y su Muerte en Venecia.
Cocteau está evocado también por Asterisco con la proyección de sus dos célebres: El testamento de Orfeo (1960) y La sangre de un poeta (1932).

Una curiosidad constituyó el film a cuatro manos de Lily Benson y Cassandra Guan, The Filmballad of Mamadada (2014), una biografía de Else Plötz, más conocida como baronesa Elsa von Freytag-Loringhoven, una artista múltiple que perteneció al movimiento dadaísta en Nueva York, trabajó como modelo para Man Ray entre otros, escribía poemas, y se dice que inició el ready made con un mingitorio que le regaló a su amigo Marcel Duchamp. Lo peculiar es que el film está concebido de manera muy experimental, creando un objeto de arte conceptual que incluye todo tipo de imágenes sugeridas por la también experimental baronesa. Traslados temporales, experimentación con las imágenes, con el sonido: esta Filmballad viene a patear el tablero de las biopics.

Es un logro el corto institucional del Festival, realizado por Juan Pablo Zaramella, que juega con animación con los símbolos de varón y mujer tan frecuentes en las puertas de los baños o en los semáforos, frente al asterisco, que no indica diferencia de género.


Hay unas cuantas películas locales. Hawaii (2013), de Marco Berger, es una versión más abierta que su anterior Plan B, una historia de seducción entre 2 jóvenes atractivos. Como tantos directores nuevos, Berger sale a la naturaleza, y ubica en un pueblo de provincia ese juego erótico entre un muchacho vuelve al pueblo natal en busca de trabajo, y quien lo contrata, un gay intelectual. Berger experimenta con varios tratamientos: al principio, sólo se oye música y unos pocos diálogos. Los silencios, los primeros planos sobre los cuerpos, las miradas, van creando una atmósfera elocuente mientras, como en Plan B, se demora el momento de la verdad. Atmósfera que es lamentablemente rota cuando se ve necesitado a dar explicitaciones innecesarias. Excelentes los actores Manuel Vignau y Mateo Chiarino.

Esto es sólo parte del Festival, y una mirada rápida como para empezar. Hay mucho más. Hay también algunas ausencias notorias para mí: entre los locales, Liliana Paolinelli, y entre los visitantes, el portugués Joao Pedro Rodrigues. Si hace (no muchos) años alguien me hubiera dicho que el Estado Nacional apoyaría un festival de esta naturaleza, habría dicho que estaba de bromas pesadas. Hoy eso es una realidad: la Secretaría de Derechos Humanos y el INCAA patrocinan esta iniciativa por la diversidad sexual.

Fe de errores: Liliana Paolinelli sí estuvo muy presente en Asterisco, como Jurado de la sección Work in Progress, junto a Lita Stantic y Rodrigo Moreno. Mis disculpas.

Josefina Sartora

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