Marea baja
Guión y
dirección: Paulo Pécora
Argentina/2012
Paulo
Pécora regresa al Tigre, donde había filmado El sueño del perro
(2007), superándose. Con la misma sensibilidad para fotografiar la naturaleza, siguiendo
los pasos de Gustavo Fontán y Lisandro Alonso. Con Marea baja, el director
se ha fortalecido en un thriller con algo de aventura en el mundo salvaje. La
historia es de un viajero que llega a un paraje alejado, cercano a Uruguay, en
las últimas estibaciones del Delta. Llega herido, armado y con dinero,
suponemos que huye de algún atraco, y se aloja en una posta muy rústica, a
cargo de dos mujeres. Allí se queda, su único motor es buscar un tesoro
enterrado, mientras vive en precariedad, alerta, desconfiado.
El film
reúne dos actores estupendos, que han pasado de varios secundarios a un
merecido si no primer protagónico: los excelentes Germán de Silva (recordémoslo en Las acacias, y lo veremos en Relatos salvajes) y Susana Varela, además de
la actriz fetiche del cine de Pécora, Mónica Lairana. Se establece un triángulo
entre sus personajes que genera celos, rivalidades, disputas. Minimalista, con
mucha solvencia, el film logra un clima de tensión, erotismo y peligro
inminente que se sostiene sin necesidad de diálogo ni música. Casi sin
palabras, con pocos gestos, miradas, de Silva genera una atmósfera ominosa
subrayada por la fotografía de esa selva inhóspita, amenazante, que alberga la
muerte, representada en esas cabezas de animales que muestra la marea baja
(concedamos que a las bajantes en el Tigre se las llame marea), y por el
expresivo uso del sonido.
Entre el
desleimiento del Tigre, el deslizamiento producido por la droga y el misterio
de las cartas de Tarot, Pécora logra una atmósfera de ensueño que se ve
bruscamente quebrada por la acción violenta, en un anticlimax en el cual el
film decae, sin desmerecerlo.
Josefina
Sartora
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