1 de octubre de 2014

El volar no es sólo para los pájaros

Aprendiendo a volar (Kauwboy)
Dirección: Boudewijin Koole
Guión: Boudewijn Koole y Jolein Laarman
Holanda/2012


Historia pequeña, doméstica, ambientada en un hogar con madre ausente, presenta la difícil relación de un chico de unos 10 años, solitario, con su padre violento e irascible. Como suele ocurrir, la llegada de un extraño cataliza un cambio en su conducta, alterando el orden (o en este caso, el desorden) familiar. Un día, entre la naturaleza que rodea su casa en los suburbios, Jojo encuentra un pichón de cuervo que ha caído de su nido. El chico lo adopta como su mascota, y pese a la oposición del padre, lo alimenta y ayuda a crecer. Boudewijin Koole tenía experiencia previa con los más chicos, pues había realizado documentales sobre temas infantiles, y sabe trabajar con los más pequeños. Con enorme solvencia, el niño Rick Lens muestra gran naturalidad en su composición de un preadolescente con rencores y miedos reprimidos, y sostiene este pequeño film que, aunque no pretende constituirse en una genialidad, tiene mucho para decir, si bien de manera muy didáctica. Esta película obtuvo el Oso de Oro en Berlín a la mejor opera prima, tiene un premio Fipresci y ganó el Premio Unicef en el Bafici 2012.

Jack, el pájaro –metáfora polivalente en este film- deviene una suerte de contraparte de Jojo, oficia como espejo de su propia condición herida, abandonada. Jack llega para acompañarlo en su soledad y darle la fuerza para enfrentar una realidad que él no quiere aceptar. Jojo atiende las tareas domésticas, trata sin éxito de agradar a ese padre elusivo, y se desahoga hablando por teléfono con esa madre lejana. 


El director prefiere filmar con planos cortos, ágiles, que fragmentan tanto el cuadro como la realidad, dando gran importancia al fuera de campo. La excelente fotografía de Daniël Bouquet juega también con el ritmo y los tiempos, apelando a la cámara lenta, a la foto fija. La música folk con la voz de la madre, interpretada por la cantante Ricky Koole, agrega una nota más de melancolía a la historia. El film apela casi directamente a sus fuentes: si por su temática responde al Kes de Ken Loach, la puesta en escena deriva de la Rosetta de los hermanos Dardenne, ambos dos íconos cinematográficos sobre niños solitarios.


Josefina Sartora

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