El Festival de Valdivia
tiene lugar en una zona del país en franco desarrollo, y –a diferencia de lo
que ocurre en el de Mar del Plata, que también transcurre fuera de la capital-
los distintos departamentos del Gobierno apuestan por él, y se muestran comprometidos
en su realización. Tanto, que la Ministra de Cultura anunció durante la
inauguración que aumentará su presupuesto, apoyada por otras autoridades, para
que se convierta en “el mejor festival de Latinoamérica”. Y están todos
embarcados en ello.
Competencia Internacional
Desde su lugar de
director, Raúl Camargo –programador de este Festival durante varios años, y
quien le ha impreso un sello propio- dirigió una selección para la Competencia
Oficial que se aparta de lo habitual. Presenta un cine poco convencional,
cinéfilo, algo experimental, con mucho documental, y varias directoras mujeres.
Entre ellas, Flavia de la
Fuente, con 15 días en la playa (Argentina/2013). Desde que vive en San
Clemente, Flavia se dedica a fotografiar y filmar el mar
y su entorno. De un abundante material, eligió el fruto de 15 días de filmación
en invierno, con imágenes contemplativas, de una belleza hipnótica alucinante.
El referente claro es James Benning, con sus 10 cielos, RR, 20 cigarrillos, Small Roads, etc, a las cuales me he referido aquí oportunamente.
Pero mientras Benning utiliza un solo plano fijo para cada una de sus
observaciones, Flavia se vale de varios planos –casi íntegramente fijos- para
registrar cada día. Así, las olas, la espuma, la arena, los pájaros, los
pescadores, la niebla, los cielos, los perros, y con sonido directo, van creando
un clima sugerente, meditativo, y también algo mágico. La excepción la constituye el plano sorpresivo de una gaviota, cámara en mano, que denuncia la inmediatez y frescura de la filmación.
J.P.Sniadecki es un
director yanqui que filma desde hace varios años en China, donde registra los cambios
sociales y culturales que está viviendo el país. Notable fue su People´s Park (2012), un plano en movimiento de 78 minutos que va tomando a una multitud
de personas, la sociedad china actual, en su momento de relax. Aquí compite con
The
Iron Ministry (China-Estados Unidos/2014), en que se traslada con su
cámara a bordo de los trenes chinos, filmando un documental algo claustrofóbico
sobre justamente los pasajeros que viajan en esos vagones atestados y algo
caóticos. Los observa, filma sus conversaciones, los entrevista, y de allí surgen
notables declaraciones que denotan la transformación tan intensa como
vertiginosa que sufre un país multicultural y multiétnico. Y también con
diversas capas socioeconómicas. Un film que trasciende el sentido etnológico para entrar en el terreno de lo político.
Otra sociedad en estado
de alerta es la que vive en la Franja de Gaza. El documental Striplife
(Italia-Palestina/2013), también en Competencia, fue filmado por los italianos
Valeria Testagrossa, Nicola Grignani, Andrea Zambelli, Alberto Mussolini y Luca
Scaffidi. Pero ellos eludieron referirse al estado de guerra que allí se vive, para
dedicarse a registrar la vida cotidiana de sus habitantes. Obviamente, la guerra
está allí, pero en un segundo plano de fondo, ahogado. Más importan los
movimientos de esos hombres y mujeres que se dedican a la pesca, el comercio, la religión, el fútbol en gran medida, a la música, a formarse y madurar. Un interesante
registro de cómo seguir sobreviviendo mientras las balas pasan cerca.
Galas
Die Andere Heimat-Chronik einer
Sehnsucht. Edgar Reitz,
Alemania-Francia/2013.
Exhibida en la sección
Galas, se trata de una película monumental, no sólo por su duración (220
minutos) sino por la ambición de contar la saga de una familia en la Renania
prusiana en la década de 1840, cuando la población emigraba en masa a América
(sur de Brasil) expelidos por la miseria, el clima inclemente que arruinaba las
magras cosechas, el hambre, y llevados por la ilusión de las falsas promesas de
los reclutadores oficiales. El protagonista, un joven superdotado para las
lenguas, una rara avis, un intelectual en medio de un pueblo analfabeto, sueña
con su ida a América en busca de otras culturas. Pero la realidad local y
familiar va obstaculizando y demorando su proyecto.
El Heimat (la patria, la tierra de origen), con historias locales y
fuerte acento en la identidad alemana, constituyó un género en el cine alemán,
y fue también una miniserie de Edgar Reitz para la TV, sobre la Alemania del
siglo XX. Esta película va más atrás en la historia, con una cuidada
reconstrucción de época y de la vida en esas aldeas. En blanco y negro, pero con pinceladas de color, tiene una fotografía admirable de Gernot Roll, sobre todo en los claroscuros interiores. Y como broche, Werner
Herzog tiene un cameo como Alexander von Humboldt, quien visita ese joven
talentoso.
Josefina Sartora
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