9 de enero de 2015

Devenir padres

De tal padre, tal hijo (Soshite chichi ni naru)
Dirección: Hirozaku Kore-eda
Japón/2013


El drama de los hijos cruzados en las maternidades al nacer es más frecuente de lo que parece, y el cine se ocupó de ello hace muy poco en El otro hijo (Le fils de l´autre), de Lorraine Lévy, donde además se cruzaban las identidades entre israelíes y palestinos. El japonés Hirozaku Kore-eda, quien ya se había dedicado a los conflictos familiares en Nobody Knows y Un día en familia –muy arraigado en la tradición del cine japonés-, aborda también este tema, tomado de una historia real, de manera impecable. No importa adelantar el conflicto, se conoce a los pocos minutos: lo interesante es como responde cada familia ante ese hecho inesperado, cómo se desarrolla la vida familiar.

En el caso de De tal padre, tal hijo, es interesante la pintura de ambas familias involucradas, aunque la narración se detiene más en una de ellas, la que aparentemente tiene un perfil más triunfador ante la sociedad: padre arquitecto (el cantante Masaharu Fukuyama), exitoso, creativo y competitivo, con una buena posición social y económica, cuya mujer se dedica a atender su casa y la crianza de su único hijo, muy sensible, con quien el padre no se siente identificado. Cuando conoce la verdad, comprende por qué ese niño no se le parece, o no está a la altura de sus aspiraciones. Como ambos muchachos son pequeños, para evitar decisiones drásticas y traumáticas, las dos familias comienzan por entablar relación, en un proceso de adecuación para todos e incorporación de la noticia. El otro padre es mayor, con más hijos, y dueño de un pequeño comercio en los suburbios. En su modesto hogar se respira una calidez y diversión ausentes en el elegante departamento de la otra pareja, lo que pone en evidencia distintas maneras de ejercer la paternidad. La situación no es fácil para nadie, y menos aún cuando los niños cambian de casa, como era de esperar.

Como en todos los Films de Kore-eda, es fuerte el trasfondo ético, la cuestión moral y social, aquí con una crítica a la sociedad patriarcal y ambiciosa, en la figura del padre arrogante. Una realidad japonesa, pero también universal. Es diferente la respuesta de hombres y mujeres al conflicto: mientras el hombre es motivado por la razón, la naturaleza y la fuerza de la sangre, para las mujeres lo importante es el cariz emocional y afectivo: quién crió a cada niño, en quién han puesto su cariño, más allá de quién lo haya engendrado o parido. El título original significa, en sentido amplio, Entonces devenir padre, y en efecto, el film sigue la evolución de ese padre que carga con sus contradicciones. En ese entramado cultural, las mujeres quedan relegadas a un segundo lugar: si bien aportan su sentido común, son los hombres quienes toman las decisiones.

Kore-eda se introduce en la intimidad de ese drama, y lleva la peripecia con mano delicada, contenida, empatizando con todos, sin colocar el lugar de la verdad en ningún lado, o en ambos. Simplifica el asunto al caracterizar las familias de manera estereotipada, esquemática, pero no falla en presentar el drama que todos viven, las distintas actitudes éticas de los padres, con su respectiva vulnerabilidad, sus aciertos y errores. Y sin olvidar el humor.

De tal padre, tal hijo ganó el Premio del Jurado en el Festival de Cannes en 2013.


Josefina Sartora

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