3 de marzo de 2015

Ficunam 2015 - 2
Obras en la Competencia Internacional


Bajo nubes eléctricas es la película en Competencia Internacional de Aleksei German Jr, hijo del consagrado director ruso del mismo nombre. Su tercer opus constituye una reflexión sobre el estado de su país en los últimos 25 años, después del desmembramiento de la Unión Soviética. Se trata de un film muy ambicioso –también excesivo-, muy al  modo ruso, como sucede también en Leviatán, y ambos siguiendo la tradición de la literatura rusa, sobre todo Dostoievsky, aunque cite a Tolstoi. Bajo nubes eléctricas se propone construir una summa de todos los aspectos posibles: la debacle social y familiar, la trasformación económica, la inmigración, la corrupción, etc. Estructurado en 7 capítulos, sucede en distintos momentos de este cuarto de siglo –incluso en el cercano futuro- sin orden cronológico, a veces de modo circular, y sus numerosos personajes fantasmáticos deambulan –como en Soldado de papel, su obra anterior- en una suerte de no lugar, o de purgatorio, o de zona postapocalíptica, nunca especificada, junto a un río congelado, en medio de una niebla persistente, en un ambiente que a todos afecta sus fosas nasales. Allí yacen las figuras de los otrora próceres, destruidas. Símbolo de Rusia, un enorme edificio cuya construcción se ha interrumpido ocupa la atención de todos por un motivo u otro, y es pretexto para exponer los distintos objetivos sociales de los personajes: continuar la construcción, venderla a extranjeros, construir allí refugios, demolerlo, etc. Cada uno desarrolla su pensamiento con diálogos sutiles y vuelo lírico y filosófico, no siempre logrado. No obstante, el film crea un clima surreal, con una imagen bella, sugestiva –los rusos siguen evocando a Tarkovski, inevitablemente- y utiliza una paleta de color con tierras y grises que cargan de melancolía un film de por sí desencantado. La turbiedad del ambiente, la falta de cierta información acentúan la imprecisión, la indescernibilidad, la incertidumbre, hasta que cada elemento deviene metáfora o símbolo.

Sin lugar a dudas, la Competencia Internacional está compuesta por obras que traen una propuesta, que salen de la convención y arriesgan. Ming de Harlem: veintiún pisos en el aire es una rara avis, dirigida por Philip Warnell, sobre la historia real de un tigre y un cocodrilo que vivían en un departamento de Harlem. Ese hecho sacado a la luz sirve de disparador para una reflexión sobre la animalidad, con las declaraciones de su dueño, la filosofía de Jacques Derrida y gran cuota de lirismo. Con imágenes probablemente tomadas con posterioridad, en un departamento recreado, vemos la insólita vida de esos animales, mientras se declaman reflexiones líricas sobre lo animal y la relación de los mismos con los humanos. Film ensayo, documental y filosófico, que a pesar de encontrarlo carente de interés, tiene su valor por la propuesta que entraña.


Varias son las películas que abordan las transformaciones políticas en Europa. Los dueños, de Adikhan Yerzhanov, proveniente de Kazajistán, es una de ellas, y de las más originales. Trata los temas de abuso, corrupción y sacrificio en clave surrealista, con un distanciamiento en planos fijos de excelente fotografía, que me recordó el modo de Aki Kaurismäki. Tres jóvenes hermanos se instalan cerca de un pueblo, en una decrépita choza que les ha dejado su madre al morir, con idea de comenzar una nueva vida, pero inmediatamente son acosados por el matón de la zona, para colmo hermano del jefe de policía. Comienza entonces una sucesión de abusos y maltratos físicos y humillantes para usurparles la propiedad, que han de culminar de la peor manera. Pero lo notable es el tratamiento del relato o fábula, entre la ironía, el absurdo, y el realismo mágico, donde no falta la música y el baile mientras circulan imágenes de Van Gogh y evocaciones a pintores clásicos, incongruentes con el primitivismo y el grado de idiotez general.


También tiene una intención política Un cuento de invierno proletario, del joven alemán Julian Radlmaier. Otra comedia, una farsa poco convencional que habla sobre los cambios en Alemania, y la relación de clases. Tres inmigrantes de Europa del Este deben limpiar un castillo antes de la realización de una exposición de arte, lo cual dispara todo tipo de reflexiones sobre su situación socialmente desequilibrada, la lucha entre patrones y empleados y las transformaciones que ha vivido Europa. Todo se desarrolla en el contraste entre los espacios lujosos y las obras de arte, y las necesidades primarias de los trabajadores. El hambre, en primera instancia. El tratamiento es distante, con formalismo riguroso, en planos generales con uso de la profundidad de campo. Y hay sucesivas puestas en abismo de otros relatos, o alegorías del pasado que conectan éste con la Historia.
  

Josefina Sartora

No hay comentarios:

Publicar un comentario