Competencia internacional
The Kindergarten
Teacher. Dirección y guión: Navad Lapid,
Israel-Francia/2014.
La segunda obra de Lapid,
premiado en el Bafici de 2012 por Policeman, no se parece a nada, y
menos parece estar filmada en Israel. Es la historia de un artista nato, un
chico de unos 5 años, que compone poemas en una suerte de trance, poemas
crípticos, adultos, de gran lirismo. El chico y su don peculiar despiertan en
su maestra de jardín de infantes un creciente interés que deriva en obsesión
por compartir y estimular al artista, a quien compara con Mozart. La propia
maestra quiere escribir poesía, está sufriendo cierta insatisfacción física y
espiritual y lo que empieza como una tibia apropiación deriva en un acoso y
abuso del chico que transgrede toda mesura. Lapid había demostrado en su opera
prima su buena mano para el suspenso, y aquí se supera. El actor que encarna al
chico es también un caso excepcional, y merece el premio a mejor actor del
Bafici. Ambos personajes encarnan seres únicos, diferentes, en una sociedad que
no parece tener lugar para ellos.
Competencia argentina
Miramar. Dirección y guión : Fernando Sarquís,
Argentina/2015
El retiro a un balneario
fuera de temporada es ya un tópico del nuevo cine argentino. Lo es también la
presencia del personaje silencioso, que carga con un pasado misterioso, del
cual no quiere hablar. Es lo que ocurre en Miramar, opera prima del cordobés
Fernando Sarquís, que no tiene lugar en la ciudad de la playa atlántica sino en
un pueblo de Córdoba, junto a la laguna Mar Chiquita, que “parece un mar”.
Hasta allí llega el personaje (Maximiliano Gallo), a una posada que atienden
madre e hija, las protagonistas del film. Sofía (Florencia Decall) atraviesa un
momento de inflexión, de apertura a la madurez, porque debe decidir si acepta
la beca para estudiar en la universidad, para lo cual debería dejar su pueblo, su
trabajo junto a su madre (Eva Bianco) y a un padre postrado en una institución,
en vías de rehabilitación. La llegada del forastero da cauce para una amistad
circunstancial, en la que Sofía pone a las claras su ingenuidad, frescura que
habla tal vez de la inocencia del pueblo provinciano, del nido que ella deberá abandonar.
Filmado en base a
primeros y primerísimos planos –de los personajes, y también de los detalles
del ambiente- que dialogan con panorámicas de un pueblo y playa vacíos, el film
transcurre entre diálogos banales, sin mayor conflicto ni progresión dramática.
De la historia de él, apenas unos trazos sugeridos. De ella, sabemos que deberá
partir.
Un film limitado, con
mucho de déjà vu, pero filmado con
sensibilidad, que puede abrir camino a un nuevo realizador.
Panorama
La once. Maite Alberdi, Chile/2014.
Durante varios años, la
directora chilena registró los encuentros mensuales de su abuela y sus amigas a
tomar el té, ceremonia que reiteran desde hace más de sesenta años. (Once se
llamaba el té que se tomaba a media mañana, y también lo es el de la tarde.)
Encuentros que hablan de un grupo social y humano particular: las señoras
mayores de la clase media y alta chilena, un estrato del cual el cine hasta
ahora no ha hablado. Y lo hace maravillosamente: con primeros planos de esas
señoras paquetas, que cuidan su aspecto a lo largo de los años, de esas tortas,
dulces y sándwiches que todas comen vorazmente, con charlas que van desde las
desdichas y felicidades conyugales hasta el debate por la proliferación del
lesbianismo, o el entusiasmo ante un partido de fútbol que juega la selección
nacional. Diálogos que no tienen desperdicio, algunos divertidos, otros
filosos, otros tristes, se van trenzando con canciones y poemas, rezos, los dulces y
el retoque de los labios. Pero por supuesto el gran tema es el paso del tiempo,
la vejez y la muerte, que va diezmando el grupo original. Con bajo perfil, una joya.
Josefina Sartora
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