Mientras somos jóvenes (While We´re
Young)
Dirección y guión: Noah
Baumbach
Estados Unidos/2014
Clásica comedia
neoyorkina, en que los personajes conversan sin cesar, esta comedia
propone el encuentro intergeneracional de dos parejas: Josh (Ben Stiller),
quien ha dirigido un documental y hace 10 años que trabaja en un turbio segundo
y Cornelia (Naomi Watts), productora pero básicamente hija de un famoso
documentalista (el excelente veterano Charles Grodin) maestro de su marido, y
por otro lado Jamie (Alan Driver) y Darby (Amanda Seyfer), quince años más
jóvenes. Los menores se acercan a los mayores desde la admiración por su
trabajo, y la pareja mayor, sin hijos ni rumbo, ve en los otros la posibilidad
de reencontrar ideales perdidos. Los más jóvenes son bohemios lucen
distendidos, aman todo lo retro, viajan en bicicleta, coleccionan vinilos,
escriben en una vieja máquina y no están pendientes del éxito ni del dinero, ni
de los adelantos tecnológicos, y juegan juegos de salón (oh, qué viejo suena
esto). En una suerte de intercambio energético, Jamie y Darby toman de la
experiencia de Josh y Cornelia y éstos ven la posibilidad de recuperar con
ellos algo de la vitalidad perdida. (¿Por miedo a la muerte, quizá?)
Mientras somos jóvenes es una screwcomedy
que –más allá de una reflexión sobre la edad, la toma de conciencia de todo aquello
que ya no podrá ser- propone una variedad de temas sobre los cambios que se
viven en el siglo XXI. Desde lo más banal, pasando por la maternidad, la
ambición y el arribismo, hasta debatir la ética del documentalista, el film
pasa revista con gracia y cinismo al estado actual, aunque adolece de cierto esquematismo
y lugares comunes. Y sin ocultar la parodia que realiza de Woody Allen y sus
personajes neuróticos y verborrágicos.
Baumbach –de cuyas
películas previas sólo se estrenó aquí Historias de familia (The Squid and the
Whale)- va llevando la narración de manera vertiginosa con un montaje
excelente, hasta darnos cuenta de que nada es lo que parece. Ben Stiller (tan
bien como el resto del elenco) funciona como una suerte de alter ego de Baumbach,
como lo había sido en su anterior Greenberg. Josh, centrado en su
egocentrismo y autosuficiencia, lucha contra su edad, rechaza a sus
contemporáneos y se resiste a ver las cosas como son, hasta una notable,
significativa escena en el Lincoln Center, en la que la realidad se desnuda poniendo
en evidencia la relatividad de la moral. Con un segundo final demasiado
convencional cierra esta mirada de amargo humor hacia la actualidad, donde la
juventud inescrupulosa queda en el peor lugar.
Josefina Sartora
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