25 de agosto de 2015

Sensibilidad y talento

¿Cómo vuelvo?


La literatura de Hebe Uhart –hoy una de las mejores escritoras argentinas- trata de personajes comunes, fácilmente reconocibles, o en quienes podemos reconocernos. Su lengua también es la cotidiana, frases coloquiales como “para qué te cuento”,  “no soy una descocada”, o “ni fu ni fa” pueden sonar algo arcaicas y sin embargo, son tan usadas fuera del ámbito urbano de la ciudad capital. Gran narradora, sus cuentos inspiraron a la actriz María Merlino y su esposo y compañero de aventuras artísticas Diego Lerman a montar una obra tan inteligente y atractiva como compleja y creativa.

El espectáculo ¿Cómo vuelvo? tiene como subtítulo Leyenda campestre de una maestra errante. Tomando como texto varios cuentos bastante autobiográficos referidos a la actividad de Uhart como maestra rural, Merlino los adapta componiendo de manera integral una serie de monólogos de esa maestra que debe luchar para cumplir con su tarea vocacional a pesar de las dificultades que le impone un sistema burocrático que le es ajeno, con normas rígidas, y condiciones físicas adversas. Escritos con extrema delicadeza y sensibilidad para las pequeñas cosas, para la valoración del detalle cotidiano, encuentran en la actuación de Merlino su intérprete más adecuada, más consonante. La actriz –que parece vibrar en la misma sensibilidad que la escritora- se vale de su exquisita voz cuya articulación ya fue destacable en Nada del amor me produce envidia, o en Qué me has hecho, vida mía, aquí tan apropiada para esa maestra que lucha por ampliar el vocabulario de sus alumnos, por abrirles el horizonte. Pero le asignan un grupo de repetidores y chicos con problemas de conducta. Ella debe batallar con sus limitaciones, a la par de enfrentarse a vicedirectoras severas, de guardapolvo almidonado, en un ambiente institucional donde nunca parece encajar. Desde la falsa ingenuidad de su relato agridulce se vislumbra toda una crítica a un sistema, y a una realidad macro.

No sólo la intervención de los textos es un logro artístico. El espectáculo tiene una puesta de escena remarcable, con el uso de diapositivas y proyecciones para dar el ambiente rural, campestre de nuestras pampas, que revelan el trabajo cinematográfico de Diego Lerman. Merlino luce su cálida voz para el canto en varias canciones, entre las que se destaca su versión corajuda de Juana Azurduy, como las maestras, una heroína de nuestra tierra. Emocionante, conmovedor, también el momento de reposo comiendo una mandarina.


Santos 4040 es un nuevo, excelente espacio teatral, y Lerman lo aprovecha creativamente, sacando partido de la profundidad de campo que sabe utilizar; pero ese ámbito tan grande presenta algunos problemas: la acústica les juega en contra, sobre todo en los momento íntimos, que son muchos, y el espectador debe hacer un esfuerzo extra para oír todos los soliloquios.  (Si bien yo tengo problemas auditivos, esta vez no fui la única en sufrirlos.)

Experta en los monólogos, Merlino logra una contundente actuación con esos textos que Uhart no escribió originalmente para el teatro, articulándolos de manera orgánica, para que todo conduzca hasta ese final, tomado del cuento ¿Cómo vuelvo?, que constituye una culminación consagratoria.


Josefina Sartora

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