¿Cómo vuelvo?
La literatura de Hebe
Uhart –hoy una de las mejores escritoras argentinas- trata de personajes
comunes, fácilmente reconocibles, o en quienes podemos reconocernos. Su lengua
también es la cotidiana, frases coloquiales como “para qué te cuento”, “no soy una descocada”, o “ni fu ni fa” pueden
sonar algo arcaicas y sin embargo, son tan usadas fuera del ámbito urbano de la
ciudad capital. Gran narradora, sus cuentos inspiraron a la actriz María
Merlino y su esposo y compañero de aventuras artísticas Diego Lerman a montar
una obra tan inteligente y atractiva como compleja y creativa.
El espectáculo ¿Cómo
vuelvo? tiene como subtítulo Leyenda campestre de una maestra errante.
Tomando como texto varios cuentos bastante autobiográficos referidos a la
actividad de Uhart como maestra rural, Merlino los adapta componiendo de manera
integral una serie de monólogos de esa maestra que debe luchar para cumplir con
su tarea vocacional a pesar de las dificultades que le impone un sistema burocrático
que le es ajeno, con normas rígidas, y condiciones físicas adversas. Escritos
con extrema delicadeza y sensibilidad para las pequeñas cosas, para la valoración
del detalle cotidiano, encuentran en la actuación de Merlino su intérprete más
adecuada, más consonante. La actriz –que parece vibrar en la misma sensibilidad
que la escritora- se vale de su exquisita voz cuya articulación ya fue destacable
en Nada
del amor me produce envidia, o en Qué me has hecho, vida mía, aquí tan
apropiada para esa maestra que lucha por ampliar el vocabulario de sus alumnos,
por abrirles el horizonte. Pero le asignan un grupo de repetidores y chicos con
problemas de conducta. Ella debe batallar con sus limitaciones, a la par de
enfrentarse a vicedirectoras severas, de guardapolvo almidonado, en un ambiente
institucional donde nunca parece encajar. Desde la falsa ingenuidad de su
relato agridulce se vislumbra toda una crítica a un sistema, y a una realidad
macro.
No sólo la intervención
de los textos es un logro artístico. El espectáculo tiene una puesta de escena
remarcable, con el uso de diapositivas y proyecciones para dar el ambiente
rural, campestre de nuestras pampas, que revelan el trabajo cinematográfico de
Diego Lerman. Merlino luce su cálida voz para el canto en varias canciones,
entre las que se destaca su versión corajuda de Juana Azurduy, como las
maestras, una heroína de nuestra tierra. Emocionante, conmovedor, también el
momento de reposo comiendo una mandarina.
Santos 4040 es un nuevo,
excelente espacio teatral, y Lerman lo aprovecha creativamente, sacando partido
de la profundidad de campo que sabe utilizar; pero ese ámbito tan grande
presenta algunos problemas: la acústica les juega en contra, sobre todo en los
momento íntimos, que son muchos, y el espectador debe hacer un esfuerzo extra
para oír todos los soliloquios. (Si bien
yo tengo problemas auditivos, esta vez no fui la única en sufrirlos.)
Experta en los monólogos,
Merlino logra una contundente actuación con esos textos que Uhart no escribió
originalmente para el teatro, articulándolos de manera orgánica, para que todo
conduzca hasta ese final, tomado del cuento ¿Cómo
vuelvo?, que constituye una culminación consagratoria.
Josefina Sartora
No hay comentarios:
Publicar un comentario