13 de septiembre de 2015

Cactus orquídea
Dramaturgia y dirección: Cecilia Meijide


En la profusa, riquísima e inabarcable cartelera teatral de Buenos Aires, una obra se destaca por su creatividad, el trabajo colectivo, y la exploración de los medios. Cactus orquídea se repone después de haber sido premiada el año anterior, y debemos agradecer este hecho. Siguiendo la escritura de un novelista que escribe su primera novela en un bar, los personajes de su obra son convocados y cobran cuerpo exponiendo sus distintas historias en escena: un viudo inconsolable, una mujer mexicana que evoca a Frida, un bancario cuya vida le queda chica, una guía del Museo, una planta que puede traer de regreso a los muertos.

Cecilia Meijide –autora y directora, doble premio Revelación- entreteje esas historias con una dinámica de un ritmo acertado, más lento cuando los mismos personajes narran en primera persona su historia al público, acelerado cuando los actores entran y salen de escena, variando sus personajes. Esta dinámica está facilitada también por una novedosa escenografía –de Javier Drolas y Soledad Ruiz Calderón- armada con tablas que los mismos actores van cambiando según la escena lo requiera, modificando el espacio teatral a la vez que se pone en evidencia el artificio, y el uso de objetos originales creados por Mariana Meijide, que también van mutando a medida que avanza la acción.

Amor, muerte, subjetividad, soledad y trascendencia asoman en un texto rico en significados, donde abundan el humor y lo maravilloso. La referencia literal a Solaris, el film de Tarkovski, es también muy significativa. Se instala un clima mágico, gracias también a los actores de El Ensamble Orgánico: María Estanciero, Gastón Filgueira, Laila Duschatzky, Lucas Avigliano e Ignacio Bozzolo.

Teatro en su forma más pura y expresiva.


Josefina Sartora

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