Cactus orquídea
Dramaturgia y dirección:
Cecilia Meijide
En la profusa, riquísima
e inabarcable cartelera teatral de Buenos Aires, una obra se destaca por su
creatividad, el trabajo colectivo, y la exploración de los medios. Cactus
orquídea se repone después de haber sido premiada el año anterior, y debemos agradecer este hecho. Siguiendo la escritura de un novelista que
escribe su primera novela en un bar, los personajes de su obra son convocados y
cobran cuerpo exponiendo sus distintas historias en escena: un viudo
inconsolable, una mujer mexicana que evoca a Frida, un bancario cuya vida le
queda chica, una guía del Museo, una planta que puede traer de regreso a los muertos.
Cecilia Meijide –autora y
directora, doble premio Revelación- entreteje esas historias con una dinámica de
un ritmo acertado, más lento cuando los mismos personajes narran en primera
persona su historia al público, acelerado cuando los actores entran y salen de
escena, variando sus personajes. Esta dinámica está facilitada también por una
novedosa escenografía –de Javier Drolas y Soledad Ruiz Calderón- armada con
tablas que los mismos actores van cambiando según la escena lo requiera, modificando
el espacio teatral a la vez que se pone en evidencia el artificio, y el uso de
objetos originales creados por Mariana Meijide, que también van mutando a
medida que avanza la acción.
Amor, muerte,
subjetividad, soledad y trascendencia asoman en un texto rico en significados,
donde abundan el humor y lo maravilloso. La referencia literal a Solaris,
el film de Tarkovski, es también muy significativa. Se instala un clima mágico,
gracias también a los actores de El Ensamble Orgánico: María Estanciero, Gastón
Filgueira, Laila Duschatzky, Lucas Avigliano e Ignacio Bozzolo.
Teatro en su forma más
pura y expresiva.
Josefina Sartora
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