Todos los fuegos
El Festival de Teatro de
Buenos Aires (FIBA, no sabemos por qué perdió la T) abrió en el parque Sarmiento con À fleur de peau,
espectáculo francés del Grupo F, dirigido por Christophe Berthonneau. Esta obra
ya resultó indicadora del espíritu del Festival. Varios personajes envueltos en
una escafrandra de luces se pasean entre el público y sobre un escenario entre
dos enormes árboles, en cuya base se proyectan imágenes digitales de la naturaleza, mientras
suena una música atronadora, de altísimos decibeles, dirigida a afectar el
plexo de los espectadores. No resulta muy claro el mensaje de esos personajes ni el
de las imágenes, pero sí impacta el elaborado juego de fuegos de artificio
desplegado durante 45 minutos. En todo caso, es acertada la mención del
programa sobre la precariedad del hombre y de su entorno, sobre todo la de esos
árboles que estuvieron siempre expuestos al incendio.
Muy atractivo todo el
esplendor lumínico de la pirotecnia, pero no era su site specific un festival de teatro.
Ladrillitos
La segunda obra que vi me
confirmó que este FIBA apuesta por los cruces de lenguajes, y que es obvia su
preferencia por el uso de la tecnología en el teatro. Brickman Brando Bubble Room
es otra creación colectiva, esta de la Agrupación Señor Serrano de Cataluña, con
su punto de apoyo en la proyección de imágenes en pantalla. Mediante el ingenioso uso de
maquetas y muñequitos manipulados y filmados en el acto, sus imágenes son
proyectadas mientras un relator articula la historia de Sir John Brickman
(nombre inventado = señor ladrillo), constructor inglés que difundió la
hipoteca inmobiliaria, con la biografía de Marlon Brando (hombre de muchas
casas). La obra apunta a poner en cuestión la crisis económico-financiera en
España (Bubble = burbuja), que dejó sin vivienda a miles de hipotecados, pero
el medio que transmite el mensaje es tan banal que –para bien de algunos, para
mal de muchos- ablanda el mensaje.
El cuerpo en escena
Fui a ver The
Blind Poet con el antecedente de que la otra obra de la Compañía
Needcompany, que dirige el belga Jan Lauwers, Isabella´s Room –que no
había podido ver- había sido muy buena, en la opinión de muchos. Formada por actores de
diverso origen, la compañía pone en escena la composición multicultural de
Europa, tema hoy candente, por la afluencia masiva de inmigrantes y exiliados
de diversas nacionalidades. La obra está constituida por monólogos de cada uno
de los 8 actores que sucesivamente ocupan la escena contando su historia, su
origen, hablando en su respectiva lengua natal, al tiempo que el conjunto
interpreta diversas músicas, algunas excelentes, y toda la compañía las baila bellísimas coreografías. La obra da importancia al trabajo con el cuerpo, si
bien los monólogos se prolongan a veces demasiado, volviendo una y otra vez
sobre lo dicho. 140 minutos son muchos para el reiterado desarrollo de una
idea.
Hasta su primera mitad,
estas tres obras declaman que el FIBA apuesta a lo heterogéneo en el teatro,
alejándose del teatro clásico, con fuerza en la performance multidisciplinaria,
tendencia que hoy está imperando en todas las artes. En las tres obras hay
actuación, comicidad, movimiento, danza, destreza, vestuario, recitado, medios
tecnológicos, música en vivo y acercamiento con el público. Idea que sin duda
todos compartimos, pero en estos casos en particular, esa heterogeneidad se
apoya en la apariencia, lo superficial y, sobre todo, lo llamativo, el brillo,
las luces que – en la mayoría de los casos- ocultan lo que falta. Esperamos el
resto.
Josefina Sartora
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