La habitación (Room)
Dirección: Lenny Abrahamson
Guión: Emma Donoghue, adaptación de su
propia novela
Irlanda-Canadá/2015
Toda cultura genera sus propios
monstruos. Al de La habitación lo vemos muy poco, primero entrevisto con los
ojos de Jack tras los visillos del placard donde él se esconde, mientras el
monstruo tiene el encuentro semanal con su madre, a quien mantiene encerrada
desde hace siete años. Jack ha nacido allí, y no conoce otro mundo que ese
cuarto mínimo, los cuentos de su madre quien le presenta una peculiar mundo de
maravillas, y lo que ve en la televisión, una realidad que no sospecha pueda
existir más allá de su propio hábitat. Cuando Jack cumple 5 años vemos al
monstruo al completo, un hombre algo tosco, rústico, como tantos, podría ser nuestro
vecino. La historia del film del irlandés Lenny Abrahamson transcurre en un
suburbio de Canadá, o tal vez de los Estados Unidos, pero sabemos que en todo
el mundo occidental existen esos casos de esclavitud prolongada de mujeres
dentro de sótanos, o de galponcitos como el que aloja a Jack y su madre.
Cuando cumple 5, su madre considera que
ya puede contarle la verdad de su encierro, y adiestra al niño en un plan para
escaparse de esa habitación. Verdadera experiencia iniciática, impacta ver el
mundo con los ojos de Jack cuando sale del encierro de toda su corta vida. Toda
la primera parte del film está narrada desde el punto de vista del chico
(extraordinario actor debutante Jacob Tremblay), en ese ambiente cerrado, cuya
única salida al exterior es un tragaluz por donde puede ver cielo y nubes, nada
más. Su voz narrativa over, sin embargo, es innecesaria. Primeros planos con
cámara en mano transmiten la estrechez, la precariedad del encierro en ese
espacio fijo, cerrado y limitado, que contrastan con las imágenes frenéticas y
abiertas que percibe Jack cuando logra escapar, con enorme dificultad, en la
mejor secuencia del film. Lástima la música.
Habitar el mundo fuera de la habitación
no resulta fácil para ambos, sobre todo para Joy, porque los niños tienen mayor
plasticidad y poder de adaptación. Joy se ha sostenido todos esos años tal vez
para contener a Jack, o para soportar el encierro. Si soñaba con volver a un
mundo idílico, no lo encuentra, y sucumbe ante la nueva realidad. Brie Larson
cumple una excelente performance en su rol, que le ha valido el camino a los
premios (otra Joy rumbo al Oscar). Tampoco a sus padres (Nancy Allen y William
Macy) el cambio les será fácil.
El film está basado en la novela –best
seller- de Emma Donoghue. En la segunda parte, el monstruo ha desaparecido, y
es una lástima. Hubiera sido una buena opción desarrollar más a ese personaje,
que no es único, sino fruto de una sociedad enferma. En cambio, el mundo
externo deviene bastante monstruoso, por lo menos para Joy, pero tampoco
Abrahamson elige profundizar este tema, abriendo varias líneas sin una profunda
reflexión sobre ninguna de ellas.
Josefina Sartora
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