23 de enero de 2016

Madre e hijo

La habitación (Room)
Dirección: Lenny Abrahamson
Guión: Emma Donoghue, adaptación de su propia novela
Irlanda-Canadá/2015


Toda cultura genera sus propios monstruos. Al de La habitación lo vemos muy poco, primero entrevisto con los ojos de Jack tras los visillos del placard donde él se esconde, mientras el monstruo tiene el encuentro semanal con su madre, a quien mantiene encerrada desde hace siete años. Jack ha nacido allí, y no conoce otro mundo que ese cuarto mínimo, los cuentos de su madre quien le presenta una peculiar mundo de maravillas, y lo que ve en la televisión, una realidad que no sospecha pueda existir más allá de su propio hábitat. Cuando Jack cumple 5 años vemos al monstruo al completo, un hombre algo tosco, rústico, como tantos, podría ser nuestro vecino. La historia del film del irlandés Lenny Abrahamson transcurre en un suburbio de Canadá, o tal vez de los Estados Unidos, pero sabemos que en todo el mundo occidental existen esos casos de esclavitud prolongada de mujeres dentro de sótanos, o de galponcitos como el que aloja a Jack y su madre.

Cuando cumple 5, su madre considera que ya puede contarle la verdad de su encierro, y adiestra al niño en un plan para escaparse de esa habitación. Verdadera experiencia iniciática, impacta ver el mundo con los ojos de Jack cuando sale del encierro de toda su corta vida. Toda la primera parte del film está narrada desde el punto de vista del chico (extraordinario actor debutante Jacob Tremblay), en ese ambiente cerrado, cuya única salida al exterior es un tragaluz por donde puede ver cielo y nubes, nada más. Su voz narrativa over, sin embargo, es innecesaria. Primeros planos con cámara en mano transmiten la estrechez, la precariedad del encierro en ese espacio fijo, cerrado y limitado, que contrastan con las imágenes frenéticas y abiertas que percibe Jack cuando logra escapar, con enorme dificultad, en la mejor secuencia del film. Lástima la música.


Habitar el mundo fuera de la habitación no resulta fácil para ambos, sobre todo para Joy, porque los niños tienen mayor plasticidad y poder de adaptación. Joy se ha sostenido todos esos años tal vez para contener a Jack, o para soportar el encierro. Si soñaba con volver a un mundo idílico, no lo encuentra, y sucumbe ante la nueva realidad. Brie Larson cumple una excelente performance en su rol, que le ha valido el camino a los premios (otra Joy rumbo al Oscar). Tampoco a sus padres (Nancy Allen y William Macy) el cambio les será fácil.

El film está basado en la novela –best seller- de Emma Donoghue. En la segunda parte, el monstruo ha desaparecido, y es una lástima. Hubiera sido una buena opción desarrollar más a ese personaje, que no es único, sino fruto de una sociedad enferma. En cambio, el mundo externo deviene bastante monstruoso, por lo menos para Joy, pero tampoco Abrahamson elige profundizar este tema, abriendo varias líneas sin una profunda reflexión sobre ninguna de ellas.


Josefina Sartora

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