20 de abril de 2016


Bafici 2016. 3ª nota

Competencia Latinoamericana
Inmortal.
Dirección y guión: Omer Etminiani
Colombia-España/2016


A veces ocurre que una película de la cual no sabemos nada –esta era su première mundial-, nos toma por asalto, en una hermosa sorpresa, entregándonos un espléndido regalo de significado, luz y color. Amo en la misma medida las películas oscuras, pero en este caso me pasó con una luminosa. Inmortal es otra de esas -ahora muchas- películas que escapan a toda clasificación, más allá de determinar si es ficción o documental, o en todo caso se trataría de un documental con puesta en escena, con una historia poderosa que vamos desentrañando paulatinamente.

Casi sin diálogos en gran parte del film, vemos a una joven que habita en la selva, inquirir por el paradero de un hombre. Nada se ha sabido de él, las luchas armadas se cobran muchas víctimas, y estas suelen y a parar a los ríos, que desembocan en el mar. Hacia allí se dirige la joven, en un peregrinaje a pie por la selva, fotografiada gloriosamente.

Por el otro lado, frente al mar está Cosme, un misterioso personaje que vive en actitud contemplativa, observando las olas. Sabremos al final que hace años se ocupa de rescatar los cadáveres que llegan al mar, que cada collar que lleva en su pecho corresponde al alma de algún rescatado. Hacia él va la joven, atravesando selvas y poblados.

A Etminani no e interesa ni brindar demasiada información -y se lo agradecemos- ni ajustarse a ninguna pauta preestablecida -lo que celebramos. Sus tomas de la gente del lugar, su colorida vida cotidiana, sus actividades, constituyen postales locales de una frescura y autenticidad absolutas, que también por supuesto podrían ser consideradas cuadros costumbristas o etnológicos. La película es tan contemplativa como su protagonista, y resulta una de las mejores sorpresas de este Bafici.



Competencia Internacional
In the Last Days of the City
Dirección: Tamer El Said
Guión: Tamer El Said y Sasha Satti
Egipto-Alemania-Reino Unido-Emiratos Árabes/2016


Otra interesante sorpresa, esta película sobre la posibilidad de filmar la ciudad, gran tema del cine. En El Cairo, en plena primavera árabe –es 2009-, con permanentes manifestaciones en las calles, un grupo de amigos debate sobre sus ciudades: Beirut y Bagdad, y ésta vista desde el exilio en Berlín, que se unen a El Cairo en el amor de sus hijos.

Khalid (interpretado por Khalid Abdalla) –alter ego del director- se debate ante el deseo de filmar su ciudad, mientras atraviesa una crisis personal en su vida: debe mudarse y no encuentra un lugar, la mujer que ama lo ha dejado y se irá del país, su madre muy enferma está en el hospital. Con marcado lirismo y melancolía, extiende su mirada sobre distintos aspectos de esa ciudad y su vitalismo, desde el registro documental –a veces inconexo, como si se tratara de un collage- de sus calles, las protestas en vivo y en la TV, el fervor por el fútbol, la amorosa mirada sobre las paredes ocres de su ciudad. Suerte de ensayo o poema visual, para la antología del cine dentro del cine, o sobre la imposibilidad de realizarlo.


Más bolillas negras
The Island Funeral. Pimpaka Towira, Tailandia/2015.
La visita a una tía en otra ciudad es la excusa para que una pareja de hermanos y su amigo salgan a la ruta en esta suerte de road movie misteriosa. El viaje que suponíamos breve se convierte en un periplo de varios días por lugares de Tailandia atravesados por la actividad militar, los ritos musulmanes, funerales y un aura siniestra que no sabemos de dónde proviene, ni tiene explicación. Si bien el film juega con la posibilidad de bordear el terror, no llega a definirse, amagando varias intenciones sin llegar a fondo con ellas, y sin decidirse a tomar vuelo.
Es obvio que el clima fantasmagórico o misterioso quiere remitir al cine de otro gran tailandés, el gran Apichatpong Weerasethakul, pero ni se le acerca.


Primavera. Santiago Giralt, Argentina/2016.
El género de la farsa es uno de los más difíciles de tratar, y lograr que funcione aceitadamente. No lo logra Santiago Giralt con esta parodia del mundillo teatral, donde una larga lista de actores famosos tiene el cometido de reírse de sí mismos, y sin duda lo habrán hecho mientras filmaban, pero no despiertan el entusiasmo del espectador. No el mío, al menos, ni el de casi todos los asistentes a la función de prensa. Que Moria Casán haga de sí misma y esboce una auto burla se entiende y acepta, pero que se pretenda que María Marull, Mike Amigorena, Luisa Kuliok, Nahuel Mutti y muchos más sobreactúen buscando un humor que no llega, deja el sabor del fracaso. Sin embargo, la película está brillantemente filmada, con unos planos secuencia que son una proeza, y es una lástima que semejante talento se desperdicie con una puesta en escena desacertada. Narrada por un pre adolescente precoz, muestra el turbulento mundo que gira detrás de la escena teatral, con parejas cruzadas, matrimonio igualitario, padres desconocidos, y mucha más parafernalia. De colores primaverales, eso sí.


Josefina Sartora

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