9 de junio de 2016

El sentido de las remakes

El nombre del hijo (Il nome del figlio)
Dirección: Francesca Archibugi
Guión: Francesca Archibugi y Franceso Piccolo, sobre la obra de Matthieu Delaporte y Alexandre de La Patellière
Italia/2014


La obra de teatro Le prénom (El nombre) de Matthieu Delaporte y Alexandre de La Patellière ha tenido un sonoro éxito: además de representarse en Francia y en Buenos Aires con suceso de público, ya tiene dos versiones cinematográficas: la francesa El nombre (2012) dirigida por sus autores, y ahora esta remake de Francesca Archibugi, que la traslada al contexto italiano, cuya exhibición en la Semana del cine italiano coincide con su estreno comercial.

Más allá de parecidos y diferencias, la obra mantiene su interés por plantear una variedad de temas arquetípicos referidos al simbolismo del nombre, la familia y la amistad, sin que pesen demasiado las características o sensibilidades peculiares de cada país, que tienen matices propios. Sin dejar de lado ciertos homenajes locales, como al excelente vino Sassicaia (¡ahhhhh!), o a la música de Lucio Dalla. Cinco personas se reúnen a cenar en casa de una pareja en crisis, ella (la excelente Valeria Golino) hermana de otro de los comensales (Alessandro Gassman, hijo de Vittorio), que pronto va a ser padre, su esposa y un amigo común. Todos se conocen de casi toda la vida, y mientras comen, conversan y discuten, el pasado vendrá una y otra vez en forma de flashbacks, alternando presente y pasado, madurez y juventud, cinismo y frescura, interior y exterior, con distintos tratamientos cromáticos. Con todo lo cual se atempera el carácter teatral del film, que evita así caer en espacios claustrofóbicos.

La conversación pondrá de relieve diversos problemas y prejuicios sobre el valor de los nombres, la relación matrimonial, el menospecio a la mujer por parte de los pseudo progresistas que se resisten a dejar su machismo, la literatura, la política italiana, la homosexualidad, etc. En este sentido, constituye un logro el personaje de la cuñada (Micaela Ramazzotti), una mujer de otro ámbito, más marginal, social e intelectual, que se revela de un nivel humano superior al de los intelectuales pequeñoburgueses.

Si el film francés ponía el acento en la comicidad de diálogos y situaciones, el italiano se apoya en el dramatismo de los mismos. En suma, una lograda remake, aunque siempre queda la pregunta sobre el sentido de las mismas. ¿O es que pesa tanto el nacionalismo?


Josefina Sartora

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