3 de junio de 2016

Retorno al origen

Crespo (La continuidad de la memoria)
Dirección: Eduardo Crespo
Guión:
Argentina/2016


Que el realizador de este documental se llame Crespo, que sea oriundo de la ciudad de Crespo y que ahora viva en Villa Crespo no es una boutade sino al parecer, una suma de (improbables) coincidencias. El joven director entrerriano dedica esta película a la memoria de su padre y con él, a la de su comunidad, identificada con la avicultura. El padre de Eduardo Crespo murió durante la realización de este proyecto, que está concebido como medio de preservar la memoria personal y colectiva, tan evanescente, y elaborar su duelo filial. Su propia voz en off (recurso cada día más frecuente en el documental argentino) expone sus intenciones, y aborda temas de la realidad crespina (¿crespense? crespeña?): los scouts, la cría de pollos, el rugby, y sobre todo, el amor por los orígenes atraviesan este film tan honesto como emotivo. Incluso encuentra un alter ego, como manera de validar la universalidad de la búsqueda del padre.

Pollos, una lechuza, un oso, monumentos y flores son elementos locales, o de la memoria, que se cruzan con la inmigración alemana propia de Entre Ríos. El film contó en el guión con la colaboración de Santiago Loza (consagrado en estas lides) y en la realización con Mariano Schonfeld, quien ya tiene dos películas dedicadas a las comunidades de origen alemán en Entre Ríos. Crespo había colaborado con Loza y también con Iván Fund. Toda una troupe de cine del interior, que se asocia al margen de la corriente urbana del nuevo cine argentino y se consagra a registrar la realidad de otras comunidades, tan cercanas y, a veces, tan ignoradas.

Después de su paso por el Bafici, Crespo llega al Malba, templo del buen cine argentino independiente. Disfrutémosla.


Josefina Sartora

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