15 de junio de 2017

William Kentridge en la Bienal de Performance

Josefina Sartora

La Bienal de Performance 17 tuvo un cierre de lujo con la presentación de William Kentridge. Buenos Aires tuvo así la oportunidad de conocer a este artista sudafricano múltiple, que circula con soltura y expansiva creatividad entre el dibujo, la música, el cine y el teatro, galardonado este año con el Premio Princesa de Asturias. 


Refuse de Hour constituye una mega performance, que incluye al mismo Kentridge en el escenario del Coliseo, en una disertación sobre el tiempo que comienza con Perseo y finaliza con Einstein, pasando por distintas etapas mientras en grandes pantallas se proyectan dibujos y films mudos con sus artistas, que también están en escena. La representación escénica está sostenida por la música de Philip Miller, con una pequeña orquesta que interpreta una música alucinante, y dos poderosas vocalistas, Ann Masina y Joanna Dudley, quienes van combinando el bel canto con ejercicios con la voz, o canciones sin palabras. No menos importante es la performance de la bailarina y coreógrafa Dada Masilo, quien no cesa de atravesar el escenario como un espíritu del aire. Metrónomos gigantes interactúan con enormes conos que pasan de mano en pie, esculturas mecánicas, teatro de sombras, video proyecciones, orquesta mecánica y la música, siempre presente.


Presentada en diversas ciudades y festivales de Europa, fue la única vez que la obra se puso en escena en Argentina. Este complejo y completo espectáculo, de inusual riqueza visual y sonora, resulta tan seductor y atractivo que el texto –filosófico, denso y prolongado- pasa a un segundo o tercer plano, aunque Kentridge despliega toda su corporabilidad al expresarlo. Toda la obra de este autor es política, y esta no permanece exenta de ello, al incluir el tema del colonialismo.


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El día previo, Kentridge había debutado en Buenos Aires con su conferencia performática Enough and more than enough (Suficiente y más que suficiente) en la Sociedad de Amigos del Museo de Bellas Artes, en el cual también tiene una muestra. Acompañado por la actriz Maricel Álvarez -quien fue más allá de sus funciones de traductora y se convirtió en co performer-, Kentridge brindó una master class sobre el trabajo en su estudio. Expuso sus teorías sobre las artes plásticas, el dibujo y la importancia de su movilidad, de cómo proceder a su realización, trascender la obra terminada y alterarla, trasladarla a la tercera dimensión, al video, a la performance. 
--> La obra plástica no es unívoca, nos dice Kentridge en todas y cada una de las capas de su obra múltiple. Ambas puestas  fueron una clara experimentación de sus teorías sobre la virtualidad, la relatividad del tiempo, la falacia de la evolución lineal, y sobre los misterios del destino.

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