La novia del
desierto
Dirección y guión: Cecilia
Atan y Valeria Pivato
Argentina-Chile/2017
Josefina
Sartora
No
es habitual que los nuevos directores argentinos abandonen el ámbito de la
ciudad para ambientar sus películas. Tampoco lo es que aborden el género de la road movie, y menos aún protagonizada
pro una mujer. Y por último, creo que es la primera vez que vemos una película
dirigida a cuatro manos por dos jóvenes mujeres, Cecilia Atan y Valeria Pivato,
que han dado una muy apreciable opera prima, premiada en Lima, seleccionada en
San Sebastián.
La
protagonista (la gran actriz chilena Paulina García, a quien hemos visto en Gloria
y La
cordillera) es una mujer que ha salido de su casa en Chile a los 20
para trabajar con una familia en Buenos Aires, que la considera una de los
suyos. Al cambiar su situación económica, la familia (Susana Pampín y Martín
Slipak en fugaz aparición) la deriva a casa de unos parientes en San Juan.
Teresa es una persona opaca, descolorida e ingenua, que no ha salido de su
cueva y no conoce la calle, ni la vida, prácticamente. Muy torpe e inexperta,
no más llegar al santuario de la Difunta Correa la mujer pierde su bolso con todas sus pertenencias y
emprende su búsqueda con el hombre en cuya camioneta lo dejó (Claudio Rissi),
un vendedor ambulante que sí tiene mucha ruta encima. De pueblo en pueblo, de
boliche en boliche, él va quebrando su timidez, su resistencia, derribando las
barreras emocionales de la mujer.
García
luce genial en la piel de ese personaje indeciso, inseguro, temeroso, quien
lejos de su rutina y enfrentada a lo imprevisto no puede decidir por sí misma, que
va como un ser a la deriva, donde el viento la lleva. Por el otro lado, es
significativa la ambigüedad del personaje masculino, que no sabemos si quiere
ayudarla o abusar de ella. Todo este juego personal tiene lugar en medio de
esos parajes inhóspitos del desierto de San Juan, donde solo crecen algunos
arbustos bajos, espinosos, en una tierra pedregosa y seca, donde el aura de la
Difunta Correa sobrevuela toda la peripecia. Las panorámicas de Sergio Armstrong
saben sacar provecho de esos espacios abiertos y virginales.
Historia
iniciática, como toda road movie, de
fácil llegada al público, tiene un excelente último plano que refleja la
evolución vivida por la protagonista y su ubicación en el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario