La
obra secreta
Dirección:
Graciela Taquini
Guión:
Andrés Duprat
Argentina/2017
Josefina
Sartora
En el
último año varias películas argentinas han evocado de diversas maneras las
visitas que distintos artistas europeos realizaron a la Argentina durante el siglo
XX, considerándola entonces una suerte de territorio virgen y apto para generar
alguna experiencia de vanguardia que ha sido esquiva. Vuelo nocturno
ficcionaliza la estadía de Antoine de Saint Exupéry en Entre Ríos, Todo
lo que veo es mío evoca el paso de Marcel Duchamp por Buenos Aires y
ahora La obra secreta aborda la figura de Le Corbusier y su obra en
La Plata, la casa que el visionario doctor Pedro Curutchet le encargó al
arquitecto veinte años después de haber visitado Argentina.
El film, dirigido por Graciela Taquini, fue producido por Mariano Cohn y Gastón Duprat, quienes en El hombre de al lado ya habían abordado el mismo tema con otro registro: una ficción desopilante que se desarrollaba en dicha locación. La obra secreta tiene guión de Andrés Duprat -hermano de Gastón, arquitecto y actual director del Museo Nacional de Bellas Artes-, y se apoya en tres puntos: por un lado, un arquitecto-guía interpretado por Daniel Hendler –moderado, hasta que no puede evitar caer en sus excesos- recorre la casa Curutchet explicando las razones de cada ambiente, de cada espacio, de cada decisión. Por otro, la voz en off de ese mismo personaje reconstruye su experiencia personal con Le Corbusier como estudiante de arquitectura y su veneración hacia su legado, que lo llevó a dedicarse a actuar como custodio de la única obra que proyectó para Latinoamérica.
Taquini -quien hace una fugaz aparición como una de las visitantes a la casa- tiene una rica trayectoria como video artista, y es el tercer vértice el que la lleva a experimentar: cincuenta años después de la fecha de su muerte, un ficticio Le Corbusier con sus típicos anteojos recorre las calles de una La Plata contemporánea, y mientras observa detalles de la modernidad se citan, en francés, sus reflexiones sobre la arquitectura, la luz, los espacios. La imagen aquí se altera con píxeles, colores, fracturas.
La obra secreta nos introduce con didactismo en un mundo cerrado, exquisito, guardado -aunque no tan secreto-, y transmite con originalidad lo que ha fascinado a tantos: el arquitecto guía, productores, guionista y otros fanáticos anónimos.
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