Crimen en El Cairo
(The Nile Hilton Incident)
Diección
y guión: Tarik Saleh
Marruecos-Suecia-Dinamarca-Alemania-Francia/2017
Josefina
Sartora
Mucho
de nuevo y también de conocido en Crimen en El Cairo: de conocido, el
género, film noir de ambiente
policial con femme fatale incluida,
en el que se cruzan crímenes privados con corrupciones públicas; de nuevo, todo
esto sucede en El Cairo, Egipto, país al que el cine no suele dedicarle mucho
metraje.
Corren
los últimos tiempos de Hosni Mubarak. El protagonista Noredin (Fares Fares) es
un teniente que debe investigar el asesinato de una bella cantante en un hotel
de lujo y la desaparición de la única testigo, la mucama, inmigrante senegalesa.
Noredin no es ninguna joya, se inscribe en la tradición de policías torcidos: con
adicciones varias, recibe permanentes sobornos amparado por la corrupción
general, y es protegido y promocionado por su superior, pariente suyo más
corrupto aún, a quien pronto habrá de suceder. El hombre taciturno vive una
vida lúgubre, en sus noches lamenta borracho la ausencia de su mujer, y asume a
desgano el cuidado de su padre anciano, quien apela a su nobleza y dignidad
perdidas. A medida que avanza en la investigación, ascendiendo en los turbios círculos
de poder donde se movía la víctima, se le oponen sucesivos obstáculos desde el
ámbito del dinero y la política, al tiempo que se le plantea un conflicto de
conciencia. Nadie quiere que la investigación continúe.
Si
la historia no difiere demasiado de sus similares de género, su mayor interés
radica en el punto de vista, y el ambiente que presenta. La corrupción, el
maridaje entre policía, gobierno, prostitución y dinero es mucho más perverso
de lo que Noredin imaginaba, y verá las consecuencias de enfrentar ese sistema
establecido en un cuerpo social signado por los mecanismos del poder. El
director Tarik Saleh –sueco de padre egipcio- bordea el registro documental,
que es su fuerte, para hacer derivar la historia hacia las manifestaciones de
2011 en la Plaza Tahrir. De cómo el policial deviene un film político con su
cuadro social, de cómo una historia individual –filmada en espacios cerrados, de
muy diverso estrato social- deviene colectiva. En ese mundo de machos
poderosos, el lugar de la mujer es el más infravalorado, ya sea la artista, la
prostituta, la inmigrante o la esposa del magnate. El Cairo es el otro
personaje importante, con sus calles bulliciosas, sus barrios absolutamente contrastados,
su plaza histórica, a pesar de que parte del film –premiado en Sundance- fue
filmado y reconstruido en Marruecos.
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