20 de julio de 2018

Rincones olvidados en la modernidad


El espanto
Dirección: Martín Benchimol y Pablo Aparo
Argentina/2017

Josefina Sartora


La necesidad tiene cara de hereje. Si no lo creen, vean El espanto. En un país donde la salud es un lujo, donde el Estado ha abandonado el cuidado de sus ciudadanos, el pueblo que retrata este film es campo fértil para la creatividad y la práctica de técnicas curativas heterodoxas, como las fricciones con el sapo, la cinta para el empacho, la adrenalina y otras.

Es este un curioso documental sobre un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires, donde muchos habitantes desarrollan sus poderes curativos. Entrevistados, los habitantes declaran ante la cámara cómo trabajan, su conocimiento de la medicina –a falta de hospitales y médicos, ausentes del lugar- y el saber de sus vecinos. Las declaraciones son subjetivas, francas, y la cámara respeta los tiempos y modos de cada uno, neutra, descriptiva. Lo que allí nadie cura es el espanto, o las consecuencias de un gran susto sufrido por las mujeres. Existe un solo curador en la zona, un viejo solitario aislado del pueblo, que no accede a las entrevistas y es juzgado moralmente por sus vecinos, porque cura “allá abajo”, y ninguna mujer decente del pueblo se atendería con él.

Este muy interesante documental se inscribe en una nutrida producción del más reciente cine argentino, que osa indagar sobre temas nunca antes transitados. La creencias sobre la curación, los comportamientos y mandatos referidos al matrimonio y la familia tradicional como debe ser, el lugar que debe ocupar la mujer, la homofobia, son temas que dejan establecidos –inapelablemente, como hecho establecido- los entrevistados. Aunque vemos el nombre de El Dorado en la estación de tren, y se agradece a la municipalidad de Navarro, este documental pretende situarse en cualquier lugar del país, o en todos ellos.


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