19 de septiembre de 2018

Allá tal como aquí


1945
Dirección: Ferenk Török
Guión: Guionista: Gábor T. Szántó y Ferenc Török, basada en un cuento de Gábor T. Szántó
Hungría/2017

Josefina Sartora


La guerra ha finalizado. A la estación de un pequeño pueblo de Hungría llegan dos judíos cargando sendos baúles donde se supone hay mercaderías, y se dirigen al centro del pueblo. Antes que ellos, llega la noticia y el villorrio entra en estado de alerta. Es el retorno de lo reprimido: esos personajes pueden anunciar el regreso de aquellos que fueron denunciados y deportados, y cuyas posesiones han pasado a poder de quienes se quedaron, habiendo colaborado, habiendo denunciado. Es el fin de la guerra pero no del antisemitismo. Peor aún, cuando hay intereses creados.

No hemos visto muchas películas que informen qué sucedió en Hungría durante la ocupación nazi y después de la guerra, durante la presencia soviética, entre la gente que no combatió en batalla, y que sobrevivió como pudo. Con pocos diálogos, 1945 presenta una pintura social de una realidad que excede ese microcosmos: casos similares ocurrieron en todos los países arrasados por los nazis. Pero no sólo en ellos: más cerca en el tiempo y lugar, constituye una realidad que nosotros hemos vivido en carne propia, como lo presenta La quietud, de manera tanto más megalómana que este film menor, y más sutil. Historia coral, donde cada miembro de la comunidad ocupa un rol en la dinámica grupal, en el juego de culpa y paranoia que desata la llegada de los dos extraños, cuando se despierta la memoria dormida y se desata el imaginario colectivo.


Ese pueblo parece vivir en estado bucólico: es el día de la boda del hijo del alcalde, y todo el pueblo se prepara para la fiesta. El alcalde y hombre fuerte del pueblo se ha apoderado de la botica que fuera de una familia judía, apoyado por otro colaboracionista que ha ocupado una vivienda. Su futura nuera no es menos ambiciosa, prestándose a un matrimonio por conveniencia. Allí cada uno se las ha ingeniado con variados recursos para seguir adelante, hasta que la llegada de esos dos seres reaviva conciencias largamente acalladas, y desnuda hipocresías.

Desarrollado casi en tiempo real, un film seco, austero y alegórico, cuyo mayor logro es su imagen soberbia, con fotografía en blanco y negro de Elemér Regályi. Sus imágenes cargadas de simbología que captan momentos íntimos en el acontecer de esa gente, en un breve lapso de tiempo. Enmarcados, reencuadrados, los personajes aparecen distanciados, encasillados en esa realidad fraguada.


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