Destrucción (Destroyer)
Dirección: Karyn Kusama
Guión: Phil Hay y Matt Manfredi
Estados Unidos/2018
Josefina Sartora
Regreso triunfal de Nicole Kidman. Es la
opinión unánime de la crítica ante la actuación de esta estrella que, después
de una carrera muy despareja, algo errática en sus elecciones, con tantos altos
como bajos, desarrolla una performance magistral dirigida por Karyn Kusama. Y
paradójicamente, la lleva a cabo a espaldas del lucimiento de aquella belleza
perfecta que la hiciera famosa. Kidman encarna a una policía detective que
arrastra una enorme culpa de su pasado, por una situación que no ha podido
superar.
Gracias a una extraordinaria obra de
maquillaje, su personaje atraviesa dos épocas, el presente de un crimen reciente
y el pasado de diecisiete años antes, cuando –recién iniciada- se infiltra
junto al un compañero (Sebastian Stan) en una banda de ladrones. Si bien
sabemos desde el inicio que esa misión acabó mal, flashbacks alternados van
develando detalles y sorpresas. Bella en aquella época, hoy la agente Bell está
abatida, desgarbada, con pelo ceniciento y su rostro y cuello surcados de
arrugas y sombras. Intratable, alcohólica, nadie la tolera, todos la
desprecian, y es bastante culpable de que su familia se haya desmembrado. Esa
mujer destruida está decidida a saldar las cuentas de aquel pasado que arruinó
su vida. Nunca Kidman lució tan oscura, siniestra, y por ello, muy interesante.
El guión combina tópicos de cine noir,
buddie films y melodrama familiar, con demasiados giros, que se intenta cerrar
en el final, de manera algo forzada. Kusama ya había dirigido un guión de Phil
Hay y Matt Manfredi, La invitación, con similar
estructura de flashbacks alternos, y cuyos personajes también tratan de superar
un dolor del pasado. Pero en aquella ocasión logró un pequeño gran fil,
mientras que ahora se queda en la superficie del drama, con unos villanos de
caricatura. Y por añadidura, cuando llegamos a la escena de mayor acción, del
robo al banco, quedamos decepcionados.
Kidman logra una de sus mejores
actuaciones, después de otras apariciones correctas en películas de Sofia
Coppola, Yorgos Lanthimos y en la serie Big Little Lies. Su rol está muy
lejos de los que encara habitualmente, y con cero glamour resulta totalmente
convincente, muy superior al resto del film. Pocas veces una mujer ha recibido
las palizas que soporta la agente Bell, algo infrecuente en una película
dirigida por una mujer. Kidman obtuvo con esta performance una nominación al
Globo de Oro y seguramente será candidata al Oscar, ya que la Academia adora
nominar actores y actrices transformados por el maquillaje, como ocurrió con su
actuación de Virginia Woolf en Las horas, Oscar que recibió gracias
a una nariz postiza.
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