22 de febrero de 2019

La calle es el infierno


Cafarnaúm
Dirección: Nadine Labaki
Guión: Nadine Labaki y Jihad Hojeily 
Líbano-Estados Unidos/2018

Josefina Sartora


Zain es el protagonista de unos 12 años en esta película durísima, sin contemplaciones, y está siempre en foco. Está en una prisión con adultos por haber apuñalado a un hombre y denuncia a su padres por haberlo traído al mundo y haber abandonado su crianza. El resto es un largo flashback que acompaña el doloroso derrotero de Zaim por la ciudad de Cafarnaúm, huyendo de un hogar donde se vive como animales, de unos padres que venden a su hija cuando llega a la pubertad. Pero Zaid no es el único sufriente en esta ciudad bíblica: en su huida va a dar a un campo de refugiados donde lo lleva una chica etíope que vive clandestinamente, ocultando a su bebé. Cuando Zaid queda a cargo del niño, se revela como un verdadero cuidador innato, y hace lo posible por sobrevivir. Toda la peripecia es un gran y largo golpe bajo, que culmina cuando Zaid vuelve al hogar paterno, ilusionado, en busca de los papeles de identidad que tal vez le permitirían encaminarse a otro destino.

La ciudad que vemos hoy no conserva ningún rastro del paso de Jesús por ella. Aparece marginal, paupérrima, alejada de todo bienestar, donde cada uno lucha como puede por su supervivencia, o trata de estafar al prójimo que se encuentra en situación peor aun.

Si en su anterior Caramel hacía honor a su título, en Cafarnaúm la libanesa Nadine Labaki –quien tiene un cameo como la abogada del chico- tampoco recurre a la sutileza para presentar este fresco de una sociedad enferma: refugiados, comercio de humanos, violencia doméstica, abuso, son los tópicos de esta película que corta el aliento y no da respiro.

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